El Gobierno de Aragón ha resucitado la vieja idea de proponer al Ministerio de Fomento el adelanto de la financiación de la autovía Zaragoza-Sagunto para acelerar el fin de las obras. A principios de septiembre, la DGA iniciará las negociaciones formales con Fomento, ya que su objetivo es que concluyan los trabajos antes de las Navidades del 2006, dos años antes de lo previsto.

El consejero de Obras Públicas de la DGA, Javier Velasco, hizo pública ayer esta iniciativa tras la licitación de la primera fase de urbanización de Platea. El Ejecutivo autonómico tendría que adelantar un total de 72,1 millones de euros (12.000 millones de las antiguas pesetas) y contar con la autorización de Fomento --con cuyos responsables ya se han mantenido contactos verbales-- y la conformidad de las empresas contratadas, que contaban ya con unos plazos establecidos. El único coste para la DGA, según explicó Velasco, serían los algo más de dos millones de euros que deberían pagar en concepto de intereses.

Esta propuesta llega pocos días después de que el presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometiera con el jefe del Ejecutivo aragonés, Marcelino Iglesias, a acabar las obras antes del fin de la legislatura de Iglesias --que concluye en el 2007--.

El consejero consideró "técnicamente posible" reducir el plazo y agregó que el fin de la autovía para el 2006 supondrá "un gran beneficio para toda la población, pero sobre todo para lo que estamos planteando, Platea, pues se le dota de mejores posibilidades y el coste que tendremos lo ganaremos en beneficio y desarrollo para Teruel".

ANTIGUA PROPUESTA Velasco recordó que este ofrecimiento ya se le hizo al anterior Gobierno de José María Aznar, que lo rechazó en varias ocasiones. El Ejecutivo aragonés planteó la posibilidad de adelantar la financiación para que la autovía estuviese terminada en el año 2004, plazo que el PP aseguró que cumpliría a pesar de que la DGA estimaba que con los planes previstos se dilataría hasta el 2008.

En concreto, el 15 de enero del 2000 el Ejecutivo aragonés cuantificó en algo más de 572 millones de euros el dinero que necesitaba la comunidad para completar su red viaria "básica". Dentro de esa iniciativa, que fue presentada tras una reunión del Consejo de Gobierno en Albarracín, se incluían la autovía Mudéjar, el desdoblamiento de la N-232 entre Zaragoza y El Burgo de Ebro, la conexión entre la autovía de Logroño y la A-68 --a la altura de Monzalbarba--, y el tramo de carretera entre Sarrión y el límite con Castellón para enlazar con la autovía.

Aunque el entonces vicepresidente económico y vicesecretario general del PP, Rodrigo Rato, admitió la viabilidad de la propuesta en una carta remitida al consejero de Economía, Eduardo Bandrés, el PP la desestimó finalmente.