El pueblo de Marracos, en la provincia de Zaragoza, sufre desde el pasado 12 de diciembre una nueva prohibición de consumo de agua de boca por presencia de residuos de lindano. Así lo indicó ayer en una nota de prensa el Movimiento LindaNO, que agrupa a municipios y colectivos afectados, así como a organizaciones ecologistas y agentes sociales.

En esa localidad ribereña del Gállego, entre Zuera y Ayerbe, se da una concentración de 0,11, por encima del tope máximo autorizado para el consumo humano, que está situado en 0,10 microgramos por litro de agua.

Este nuevo caso de contaminación del agua de boca ha generado de nuevo alarma social y "pone en cuestión las medidas tomadas por las administraciones implicadas", según Movimiento LindaNO, que ayer denunció que Sanidad "sigue sin hacer públicos los resultados del plan de vigilancia de las aguas de consumo en agosto".

FILTROS CUESTIONADOS

Los afectados consideran que este nuevo dato pone de manifiesto la falta de eficacia de los filtros de carbono instalados en todos los pueblos afectados, así como a la salida del barranco de Bailín. "La DGA lanza constantes mensajes tranquilizadores que no hacen más que minimizar el problema en lugar de solucionarlo", sostienen el el Movimiento LindaNO.

"Tres meses después del inicio de la crisis del lindano y millones de euros invertidos en medidas urgentes y muchas promesas de convenio, la realidad demuestra que las soluciones aportadas no contienen la contaminación desencadenada por las obras de traslado de Bailín".

En este sentido, la entidad recuerda que todavía no se conocen los resultados obtenidos en el plan de vigilancia de las aguas de consumo para el pasado mes de agosto.

"Según los datos disponibles en la Confederación Hidrográfica del Ebro, el 16 septiembre, días antes de la primera alarma sanitaria, el nivel de lindano ya supera en siete veces el nivel permitido para el agua de boca en la acequia de la Urdana, a las puertas de Zaragoza", manifestó ayer Inés Dewulf, vecina de Biscarrués y miembro del movimiento.

"¿Realmente nos hemos de creer que esta misma agua que bajó semanas antes de Sabiñánigo a Zaragoza era apta para el consumo? Resulta curioso que la Administración sanitaria siga sin hacer públicos los resultados de agosto", añadió.