El Justicia de Aragón, Ángel Dolado, ha recibido más de 300 quejas de turolenses que criticaban la falta de médicos en la provincia y las consecuencias derivadas de la misma como «falta de asistencia, demoras, desplazamientos a otras localidades para ser atendidos o desigualdades en el derecho a recibir este servicio público». Tras analizar la situación, el titular de esta institución foral ha realizado varias propuestas al Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón para que la situación cambie, entre otras, que se cambie la actual oferta de plazas.

A través de un escrito remitido a la consejería que dirige Pilar Ventura, propone que «se valore la posibilidad de modificar los criterios de oferta de plazas vacantes, dando preferencia, mediante cobertura de las vacantes en servicios o equipos con menor plantilla, mayor dificultad en su cobertura u otras circunstancias que pudieran comprometer la asistencia sanitaria».

También considera que se debería valorar «la posibilidad de cobertura en caso de urgente e inaplazable necesidad a través de los procesos de movilidad legalmente establecidos».

MIR

Otra de las sugerencias de Dolado es que se «estudie la posibilidad de ampliar el número de plazas en la Universidad de Zaragoza, la capacidad docente y la oferta formativa de plazas MIR en las especialidades de difícil cobertura».

Y todo ello dentro de la solicitud más global al Ejecutivo socialista de realizar una evaluación de plan de incentivos del Salud «y que en caso de que no se consigan los resultados esperados se proceda, tras los trámites legales oportunos, a su modificación».

Unas propuestas que Dolado realiza después de que un médico internista residente (MIR) fuera la persona elegida para hacerse cargo del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Obispo Polanco de Teruel, que se había quedado vacío en sus tres plazas de plantilla. El facultativo, que acude al centro para realizar una rotación, está terminando actualmente su formación en el periodo final de su residencia y la intención del Salud es que, una vez que la finalice, se pueda quedar en el centro hospitalario turolense.

Por otro lado, la consulta de Reumatología del Obispo Polanco sigue cerrada tras la marcha, hace dos semanas, de la única facultativa que había y que estaba cubriendo una baja. Su renuncia al puesto se produjo solo un mes después de llegar.

Profesionales del hospital y sindicatos aseguran a este diario que «como mínimo» cada especialidad debería tener a dos facultativos, con jornadas completa. Sin embargo, muchos de los sanitarios que están en el Obispo Polanco cubren medias jornadas y la situación se desborda a la hora de realizar los servicios de guardias y en las horas con gran cantidad de urgencias.