La fiesta y la locura de la noche del sábado de Carnaval dieron paso a una mañana cargada de sorpresas y sonrisas. La calle Alfonso y la plaza del Pilar atestiguaron en la mañana del domingo el gran desfile del Carnaval Infantil, que congregó a miles de familias que no quisieron perderse la última aparición de Don Carnal y los suyos.

A las 12.00 horas, y con un sol muy apetecible, los niños ocupaban las vallas que delimitaban el recorrido de la comparsa en la calle Alfonso. Se hacía costoso moverse con facilidad y entre los pequeños todo eran murmuros del tipo «¡hala, mira eso!» o «¡qué guay!».

Los disfraces más habituales fueron los de todos los años. Se vieron especialmente muchos Spiderman y muchas princesas Disney, aunque también los hubo que se vistieron como en algunas series que triunfan entre el público adulto, como son Peaky Blinders o La Casa de Papel.

Sentados en un escalón de la plaza del Pilar había una familia que se tomó lo de los disfraces muy en serio. Iban todos de leones: padre, madre y bebé. Hasta el perro lucía melena. «Como la peque, que tiene nueve meses, lo único que sabe decir es ‘arg’ decidimos vestirnos de leones», explicaba la mujer mientras el perro permanecía ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor. «Está acostumbrado a la gente porque nos lo llevamos siempre a todos los sitios», comentaba el hombre mientras hacía fotos a la familia.

Los hubo que decidieron aprovechar lo enseñado en el colegio para reforzarlo en el día de ayer. Malena, por ejemplo, explicaba así su disfraz de Frida Kahlo, «una pintora muy importante», según decía: «Llevo una falda, flores en la cabeza y un...». «Un poncho, cariño», le ayudaba su madre. «Buscamos un disfraz que teníamos por casa pero no lo encontramos, así que la hemos vestido con cosas que teníamos por casa», explicaba el padre.

Otros tuvieron que pelear más para vestir a sus pequeños. «Quería ir de Elsa, pero al final voy de Ariel porque iba a ver muchas Elsas», explicaba otra pequeña. Su hermanito, con apenas meses, le acompañaba en la temática e iba disfrazado de Flounder, el simpático pez que iba siempre con la Sirenita.

ESPECTÁCULO CALLEJERO

Cuando llegó la hora, la comitiva de Don Carnal partió hacia la plaza del Pilar por la calle Alfonso. Con él estaban en su carroza el conde del Salchichón, los vizcondes de la Morcilla y el Rey de Gallos, pero también Doña Cuaresma, la figura que representa el fin de la fiesta y el inicio del periodo de serenidad que antecede a la Semana Santa.

Tras ellos, toda una serie de personajes y carrozas ayudaban a recrear una fantasía que animó el centro de Zaragoza durante más de dos horas. Un enorme búho hinchable, un gusano de grandes dimensiones, acróbatas, malabaristas y dragones que interactuaban con el público completaban un pasacalles que cerraba la comparsa de gigantes de Zaragoza, que vestían máscaras carnavalescas para mezclarse con el ambiente.

Al llegar al escenario habilitado en la fuente de Goya, Don Carnal y Doña Cuaresma tuvieron su personal batalla dialéctica. Ella pedía que acabara la fiesta, mientras que el otro le recriminaba que hubiera aparecido antes de tiempo e invitaba a todos a «disfrutar» de la vida y del Carnaval. Y así lo hicieron los que le escucharon, aunque a partir del lunes ya estamos en Cuaresma.