Después de la tempestad, las obras y las quejas llegó la calma a la zaragozana y céntrica calle de Don Jaime y, sobre todo, tras haber superado el temor a que se peatonalice, los vecinos y comerciantes han acabado confesando que la calle luce ahora más bonita. Pero no todo iba a ser perfecto y todavía quedan muchas cosas por mejorar. Exigentes ante todo.

Tras las semanas de obras, cuando las ventas llegaron a caer hasta «un 30%», según la Asociación Reyes de Aragón, la normalidad ha vuelto a la zona y el balance de haber convertido la calle en una plataforma única es «relativamente positivo».

Es así porque estéticamente ha mejorado y son más los que eligen pasear por Don Jaime. Las ventas se mantienen y se esperan más mejoras, las que el ayuntamiento prometió a los vecinos y vendedores cuando levantaron el hacha de guerra al enterarse que, de la noche a la mañana, se iba a alterar la fisionomía de la calle.

El presidente de la Asociación de Comerciantes de Don Jaime, Óscar Sanz, explicó que el ayuntamiento no ha cumplido ninguno de las mejoras a las que se comprometió. Nada saben del plan de dinamización que iban a diseñar y que se tenía que haberse puesto en marcha cuando finalizaron las obras. Tampoco se ha encargado una nueva iluminación de leds que solventaría esa sensación de oscuridad por las noches ni se sabe nada de la mejora de las aceras o de la actualización y modernización de la señalética, tan necesaria si se tiene en cuenta que Don Jaime, junto a la calle Alfonso, son dos de las vías de presentación de la ciudad y dirigen a los turistas desde la plaza del Pilar hasta el paseo Independencia. El estudio de las zonas de carga y descarga tampoco llega.

Además de las promesas incumplidas, desde la Asociación Reyes de Aragón, Alejandro Aznar, manifestó las dudas existentes sobre la inundabilidad de la calle. Recordó que, tras las obras de la primera parte de la calle entró agua en algunas bodegas durante una tormenta. «A ver qué pasa ahora porque hay pocas arquetas y al tener las misma cota es posible que le afecte a más comercios», aventuró. También hizo mención a la importancia que tiene que se actualice la señalética y que se extienda a todo el centro. «Hay que dar una imagen homogénea y moderna», explicó.

El miedo a la peatonalización sigue pululando entre los vendedores que, coinciden, es el futuro que le depara a Don Jaime.