Los vecinos de Albeta apreciarán desde ahora notables diferencias en el retablo de San Antón que ha vuelto a la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, una vez finalizado el trabajo de restauración llevado a cabo por la Escuela-Taller Bartolomé Bermejo, auspiciada por la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).

La limpieza de la pieza permite apreciar una nueva policromía, ya que los sucesivos repintes habían ocultado la verdadera, y además se ha sacado al descubierto la imagen de San Antón, pintada sobre el fondo de la hornacina, oculta bajo una capa de pintura plástica plateada.

El presidente de la DPZ, Javier Lambán, participó ayer en la presentación de este retablo del siglo XVIII, perteneciente a la iglesia parroquial de Albeta, junto con el alcalde de la localidad, Feliciano Tabuenca.

Ambos alabaron la labor desarrollada por el módulo de restauración de arte mueble de la Escuela-Taller Bartolomé Bermejo, un centro cuya labor es fundamental para agilizar la ingente tarea de recuperación de patrimonio del medio rural.

BARROCO El retablo es de estilo barroco de madera policromada dedicado a San Antón, cuya imagen reposa en el centro del mismo, bajo una hornacina. El santo titular, vestido con los hábitos de la orden los Antoninos, tiene a sus pies un cerdito, su atributo característico, extraído de su leyenda, según la cual acudió a Barcelona para exorcizar a la esposa e hijos del rey.

Allí exorcizó también al cochinillo deforme que la madre traía en sus fauces, implorando un milagro. A partir de ese episodio se explica al patronazgo de San Antón sobre los animales domésticos.

La pieza presentaba un gran deterioro, debido principalmente a humedades, falta de ventilación, hongos y ataque masivo de xilófagos. La madera, completamente debilitada, había perdido consistencia y dureza. Tras la desinsectación de la madera se consolidó el soporte y, posteriormente, se eliminaron todas las capas de repintes.

En el lienzo de la Virgen del Pilar la policromía original se encontraba totalmente oculta tras bastos repintes. El cambio ha sido asombroso, ya que actualmente se puede contemplar la rica decoración y los vivos colores de todo el cuadro.

Lo mismo ha ocurrido con la talla de San Antón, cuya policromía original se ocultaba bajo varias capas de pintura, pudiéndose observar el estofado original rico en oro. La limpieza del retablo también ha sacado al descubierto la imagen de San Antón, pintada sobre el fondo de l hornacina, oculta bajo una capa de pintura plástica plateada.