César Román, conocido como El rey del cachopo, huyó a Zaragoza después de que le amenazaran con una pistola en la cabeza. Así lo declaró ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, Rosa María Freire, que investigaba el asesinato y posterior descuartizamiento de Heidi Paz, antes de que este asunto haya pasado a un juzgado de Violencia sobre la Mujer.

Ese episodio que relató lo sufrió, al parecer, un 13 de agosto (la desaparición de su pareja fue el día 5) frente a la Glorieta de Cádiz, que está cerca de las naves que eran de su propiedad, en el madrileño distrito de Usera, y donde en una de ellas apareció la maleta con el torso de Heidi Paz. Relató ante la jueza que alquiló una habitación, sin ninguna documentación. Aclaró que no denunció porque en ese supuesto grupo que le amenazaron hay policías. Asistido por sus abogados, Javier Notivoli y Teresa Bueyes, destacó también que tanto Heidi como él habían adquirido una serie de deudas muy importantes.

Con respecto a la maleta grande en la que pudo llevar el cuerpo de Heidi y que fue transportada por un taxista, tal y como adelantó este diario, César Román insistió en que no era esa, que la suya era pequeña y que llevaba también unas bolsas de un supermercado. Dentro de la maleta llevaba documentación, tal y como recalcó. Durante su comparecencia, que se produce tras levantarse el secreto de sumario, también insistió en su inocencia.