Un equipo de voluntarios formado por 39 personas mayores acuden todas las semanas al centro penitenciario de Zuera para enseñar nociones básicas de informática a los reclusos del módulo de respeto. Al menos un millar de presos se ha beneficiado de este programa desde su puesta en marcha en el 2010. El curso pasado estuvieron inscritos 136 alumnos en estas clases que permiten reducir el analfabetismo digital y mejorar las opciones laborales de los alumnos de cara a su reinserción.

El proyecto está amparado por la obra social de La Caixa, entidad responsable del aula informática en la que se imparten las clases. Como profesores acuden miembros de la Asociación de Voluntarios Informáticos y de Ámbito Social de los Centros de Mayores de Aragón (Avimar), quienes prestan su tiempo y sus conocimientos a los reclusos.

La directora del centro penitenciario, Carmen Gambaro, destacó ayer que el objetivo del proyecto es «mejorar la vida» de los presos tras el abandono de la prisión. «Las nuevas tecnologías son imprescindibles para afrontar las situaciones más cotidianas», expresó.

Por su parte, el subdirector general de la fundación bancaria La Caixa, Marc Simón, insistió en que el trabajo de los voluntarios «es fundamental» para favorecer el éxito del programa entre los reclusos. «Les acercan las nuevas tecnologías y les demuestran que existe gente dispuesta a ayudar», remarcó.

Las lecciones se adaptan al nivel inicial de los presos y buscan mejorar el uso de los procesadores de texto para la redacción de currículos o cartas de motivación. Además se les ayuda a preparar entrevistas laborales y se trabajan conceptos como el esfuerzo común y el respeto a los conocimientos ajenos.

El director científico del proyecto, Enrique Armand, destacó que el éxito de la propuesta se debe a la mejora mutua tanto de los voluntarios como de los alumnos. «Lo más impresionante es la relación intergeneracional que se establece», afirmó.

En el conjunto de España esta iniciativa se desarrolla en nueve centros penitenciarios y en once centros de inseción social, destinados a internos que cumplen su pena en régimen abierto o que se encuentran en un proceso avanzado de reinserción. Está previsto que en los próximos meses también se imparta en el Rafael Salillas de Huesca.

Las aulas están dotadas con equipos individuales, aunque la conexión a internet desde los mismos está restringida.