La previsión de lluvia para hoy en Huesca podría afectar a una de las costumbres gastronómicas más arraigadas de las fiestas de San Lorenzo: disfrutar de un buen almuerzo en una las terrazas que se disponen a lo largo y ancho de calles y plazas del municipio. De esta manera, los profesionales del sector y sus clientes esperarán que el cielo respete en las primeras horas de la mañana y, así, celebren un primer día de fiestas con unos huevos fritos en el plato.

Uno de los establecimientos de la ciudad en la que sirven estas comidas es la bocatería Berlín, en la plaza López Allue. En este local esperan servir durante la jornada unos 200 almuerzos, compuestos por huevos fritos, chorizo, longaniza y patatas, y ya tienen todas las mesas completas desde hace un mes. Para comprender el éxito de esta costumbre, basta con señalar que, en el caso del Berlín, el 50% de las reservas se hicieron el año pasado. En lo que respecta al temor por la lluvia, responden afirmativamente y juzgan que, si al final aparece, resultará «difícil», ya que las mesas se disponen fuera del establecimiento. Además, las horas de mayor afluencia, entre las 9.30 y las 10.30 de la mañana, se encuentran en la franja con más posibilidades de lluvia.

Este temor, afortunadamente, no lo comparten en el hotel Pedro I, donde todas sus mesas se ubican en el interior y preparan unos 250 almuerzos. «Hay muchos almuerzos que se sirven en terrazas y la gente está preocupada. Nosotros no las tenenemos, por lo que está asegurado al 100%», explican. En este caso, además de ofrecer los típicos huevos fritos acompañados de embutido como chorizo, longaniza o bacon y patatas, también cuentan con otros platos más contundentes como el estofado de toro de lidia, el bacalao con pisto aragonés o el clásico pollo a la chilindrón. Explican que llevan desde el mes de noviembre aceptando reservas y que, aunque el día rey es el 9, todas las fiestas cuentan con espacios reservados para almorzar.

Parecido planteamiento tienen en la cafetería Aitor Tilla, en la que hoy servirán 280 almuerzos, mientras que mañana serán al menos cien, en este caso ya reservados. Como en el establecimiento anterior, están a prueba de lluvia, puesto que sus terrazas se ubicarán en los porches de la plaza de Cervantes. «Debemos ser de los afortunados», admiten aliviados.