Los que conocen a Enrique Gastón (1935) dicen que se le ha quedado una tarea pendiente en la vida: ir a la Amazonia. El profesor emérito del departamento de Psicología y Sociología en la Universidad de Zaragoza falleció ayer en Zaragoza tras sufrir el pasado jueves una embolia cerebral. El funeral se celebra hoy las 13.30 en la Capilla número 3 del cementerio de Torreo.

Hermano de Emilio Gastón, primer Justicia de Aragón fallecido en enero del año pasado, era Catedrático en Ciencias Sociales. Se licenció en la Universidad de Zaragoza en Derecho, Filosofía y Letras y más tarde en sociología y tiene el honor de haber sido el primer director del Departamento de Sociología de la facultad zaragozana. Incansable, contribuyó a la puesta en funcionamiento de las diplomaturas de Trabajo Sociales y Relaciones Laborales. También fue promotor y director del Magister de Estudios Sociales Aplicados, título propio de la Universidad de Zaragoza.

Sociólogo, profesor, escritor y «hombre libre», «activo», «decidido» y «muy ingenioso», como lo describen los suyos, era de los que creía que «el género novela, o se contamina con teatro, poesía o ensayo, o queda muy pobre en competencia con otras manifestaciones literarias», como él mismo afirmó tras publicar su primer libro Esperando a mi amigo (Plaza y Valdés, México) en una entrevista en este periódico.

Era un hombre comprometido, especialmente con las causas políticas. Su sapiencia le llevó hasta Santiago de Chile, donde asesoró al gobierno del presidente Salvador Allende, y luchó por un mundo mejor. También al otro lado del charco dirigía desde la distancia el proyecto del Corredor medioambiental de la Amazonia: de los Andes al Altántico. Un lugar al que nunca pudo ir, a pesar de que le encantaba viajar y descubrir el mundo.

Hombre convencido y trabajador, pese a su delicado estado de salud -hace un año y medio fue operado de un trasplante de riñón- había reservado un aula en la universidad para dar una charla esta misma semana sobre el devenir de este programa.

Entre clases, tesis y reflexiones, sacaba tiempo para escribir novelas y obras de teatro, e incluso a diseñar y poner en marcha programas. Uno de ellos fue el que versaba sobre el altruismo en la universidad. De ideas claras y meditadas, estaba «convencido» de que se trata de uno de los mayores problemas que tiene la humanidad de cara al futuro porque «las lecciones de ética en casi todas las universidades del mundo son muy escasas», decía.

Gastón, ese profesor cargado de ideas insaciables, deja un gran legado de sabiduría y reflexiones además de un despacho un tanto desordenado, bromeaban algunos de sus compañeros.