Parisina de nacimiento, pero de sangre aragonesa. Pierrette Gargallo de Anguera (París, 1922) ha fallecido este viernes a la edad de 97 años.

Ella era la única hija y heredera del gran maestro aragonés -su padre-, Pablo Gargallo, del cual solo pudo disfrutar 12 años de su vida. En una entrevista en el 2003 concedida a este medio, Gargallo recordaba así a uno de los escultores más importante del pasado siglo: "cuando no le salía una escultura como él quería, valía más no estar". Un hombre serio que como relataba Pierrette: "No se podía hacer ruido durante el día; callábamos, porque él, por mucho que martilleara sobre el yunque o picara el mármol, necesitaba silencio". Sin embargo, afirmaba que Pablo Gargallo "tenía dos caras: la seria y la de la risa. la seria lo era mucho y quería decir, estoy trabajando y aquí no me debéis molestar".

Pierrette se parecía físicamente a su padre. Además tuvo la suerte de criarse entre artistas como Gris, Picasso o su propio padre, de los que explicaba que se trataban de hombres "concentrados hasta el infinito en sus obras desde la extrema pobreza".

SU HIJO, TAMBIÉN ESCULTOR

Y este ambiente artístico también se lo heredó a su hijo Jean Anguera (París, 1953). Pierrette apoyó a su hijo desde el primer momento, de igual manera que él se implicó en el gran proyecto vital de su madre, que ha sido la creación, paulatino engrandecimiento y consolidación del Museo Pablo Gargallo en Zaragoza , proceso en el que este también ha participado.