En las afueras de Albalate de Cinca se encuentra un almacén habilitado como vivienda precaria de temporeros. Aunque las autoridades están trabajando para lograr su desmantelamiento, la realidad es que en su interior conviven una veintena de personas sin mantener distancias de seguridad y en unas condiciones de salubridad bastante deficientes. Este tipo de situaciones, que los sindicatos agrarios consideran excepcionales, son las que preocupan a los activistas sociales y a una parte de la población en las comarcas frutícolas de Aragón por el riesgo de propagación del coronavirus que suponen.

El responsable de fruta dulce de UAGA, Óscar Moret, trabaja esta semana en su finca de Almudáfar recolectando nectarinas. La cuadrilla de siete temporeros porta mascarillas y tapabocas cuando no se pueden respetar las distancias sanitarias. «Los brotes se producen siempre donde se acumula más gente y las condiciones de vivienda son peores», reconoce. Y pone como ejemplo el desalojo de una casa con 29 personas en el centro de Ballobar como medida preventiva hace pocas jornadas.

Otros focos de complicación son las viviendas en las que se hacinan personas, que son aquellas que acuden sin trabajo, que se congregan en zonas como los alrededores de la estación de Fraga. Una escena que se repite también habitualmente en zonas de Ricla, La Almunia o Caspe, según recuerda el secretario general de la Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT, José Juan Arcéiz Arcéiz. Lamentan que son personas que se están saltando las condiciones de los decretos de movilidad y que no se puede mirar hacia otro lado, sobre todo porque, como se ha demostrado con la puesta en marcha de hospitales provisionales contra el covid-19, existen medios para proporcionarles alojamiento si se tiene voluntad política.

MEDIDAS ESTRUCTURALES

El secretario general de CNT en Fraga, Juan Carlos Chiné, lamenta que no se estén tomando medidas estructurales para garantizar una bolsa de vivienda ante una situación que se repite todos los años. «Estamos ante un problema que se esconde bajo la alfombra», asegura.

Desde el sindicato piden más controles para que se cumpla el convenio del sector y evitar que los agricultores se «aprovechen» de la situación precaria en la que se encuentran los inmigrantes, que provienen fundamentalmente de Mali, Senegal, Marruecos, Bulgaria o Rumanía.

El presidente de la comarca del Cinca Medio, Marco Ibarz, garantiza que todos los pueblos de la zona tienen habilitados espacios en los que poder aislar a los temporeros en el caso de que se detecten más focos de contagio. Aunque reconoce que existe un problema por las dificultades de detectar la enfermedad en las personas que no tienen contrato. Además, señala que se han controlado al máximo los focos de infravivienda frente a las casi 200 personas que dormían en pajares y almacenes hace una década. «Las grandes fincas ya disponen de alojamientos reglamentados», explica el también alcalde de Zaidín.

En la capital del Bajo Cinca, el llamado Espacio Covid se habilitó el pasado 30 de mayo para aislar a los trabajadores del campo que no pueden realizar el confinamiento en sus domicilios. Al menos una decena de personas ya ha tenido que pasar por la instalación. De forma paralela, se ha habilitado como refugio para los trabajadores sin casa el pabellón del Sotet. Sin embargo, este no se está usando por un problema en las competencias. «El proceso de creación del protocolo de Servicios Sociales y otros trámites para solicitar las competencias están siendo más lentos de lo que nos gustaría», afirma la alcaldesa, Carmen Costa.

Por otro lado, la patronal agraria defiende que la cantidad de personas que se han desplazado a las comarcas fruteras es suficiente para afrontar la campaña, pues se espera una recolección un 15% inferior a los años anteriores. Desde UAGA señalan que, finalmente, no ha sido tan importante como se esperaba la incorporación a la recolección de parados por culpa de la cuarentena. Lo más destacable ha sido la llegada a la zona de Caspe de paquistaníes que solían dedicarse a la hostelería en Valencia.

EL PP RECLAMA DUPLICAR ESPACIOS

El PP en Aragón ha recordado que este año «se necesita prácticamente el doble de espacio para los temporeros y con unas medidas higiénicas muy estrictas, que no había antes en ese espacio que se podía ocupar». Por este motivo, según el diputado Antonio Romero, ven necesario «aprobar una convocatoria de ayudas específicas para el acondicionamiento de alojamientos destinados a trabajadores temporales del sector». La propuesta se debatió el pasado jueves en las Cortes y fue desestimada.