El Gobierno de Francia «no realizará nuevas reintroducciones de osos» en los Pirineos a menos que estos animales sean cazados, según anunciaron ayer los ministerios de Transición Ecológica y Agricultura, que se enfrentan a la resistencia de los ganaderos a la presencia de estos animales, como sucede en el lado español de la cordillera.

El anuncio, como recordó el diario galo Sud Ouest, se produce después de la reciente revelación, por parte de la Oficina Nacional de Caza y Vida Silvestre (ONCFS, en francés) de la muerte de dos cachorros de la osa Sorita, que habían sido avistados por primera vez el pasado 17 de abril tras su nacimiento. Como comunicó entonces el citado organismo, «muchas pruebas reunidas por los investigadores de campo en las últimas semanas sugieren que a uno de los dos osos liberados en octubre del 2018 en Béarn se le ha perdido la pista y que los dos oseznos han sido víctimas de una oso macho».

Ante la protesta de los ganaderos, vinculada en particular a la introducción de dos hembras eslovenas el año pasado, el Gobierno francés cambió de estrategia para «reconciliar mejor la actividad pastoral en las montañas con la presencia del oso», particularmente con medidas de «acompañamiento financiero» de los criadores que denuncian la amenaza sobre las ovejas que suponen estos depredadores.