La firma zaragozana Ebroacero creó su primer departamento de exportación hace más de 30 años. El dato deja bien a las claras la firme apuesta de la histórica fábrica del barrio Casablanca por el mercado exterior. No en vano, si la fundición fue capaz de sobrevivir a la crisis sin realizar despidos fue en buena parte porque casi la mitad de su producción se destina al extranjero. «En total, el 80% de las piezas que fabricamos acaban fuera porque muchos de nuestros clientes nacionales también trabajan en el exterior», explicó ayer el gerente de la empresa, Javier Fernández, durante la visita que realizó la consejera de Economía de la DGA, Marta Gastón.

Si Ebroacero ha superado su 55 cumpleaños ha sido también gracias a que ha sabido adaptarse a a las necesidades de sus clientes fabricando a medida sus piezas de acero moldeado. En este sentido, Fernández destacó que la única forma de diferenciarse de las firmas asiáticas es ofrecer un producto de más calidad y complejidad técnica: «Las grandes series se las dejamos para ellos».

Sus piezas, que pesan desde 50 kilos a 16 toneladas, pueden encontrarse en fábricas de cemento, instalaciones hidráulicas o plataformas petrolíferas y son demandadas por el sector naval, la minería y obras públicas, entre otros. «Repsol, Endesa, Navantia o Alstom son algunos de nuestros clientes», señaló Fernández, que apuntó que en Aragón trabajó en su día para Samca y ahora suministra a Ringo Válvulas o Meyco.

La fundición, que acumula más de 250 clientes en el mundo, observa el futuro con optimismo pero también con incertidumbre debido a la subida del precio de la luz y el gas. Así, la firma seguirá cumpliendo a rajatabala su regla de que un cliente nunca suponga más de un 20% de su facturación y continuará atenta a nuevas oportunidades. «Queremos apostar por las energías renovables posicionándonos en la eólica del mar», indicó su presidente, Ignacio Giménez.

La empresa batió en el 2008 su récord al facturar 18 millones de euros. Este año prevé alcanzar los 11 tras llegar a 10 el pasado ejercicio. A pesar de la caída, la compañía no tuvo que recurrir a salidas forzosas y su plantilla es de 90 personas.

Solo hay una fundición en España capaz de hacer piezas más grandes que Ebroacero (han llegado a fabricarlas de hasta 17 toneladas). La empresa adquiere su materia prima (chatarra de acero seleccionada) en firmas aragonesas, la funden y la vierten en los moldes que dan lugar a las piezas.