El Consejo de Ministros dio ayer luz verde a un paquete de medidas de emergencia por valor de 720.000 euros para el seguimiento, control y corrección de la contaminación por lindano en el río Gállego.

La partida será acometida por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y permitirá al organismo de cuenca la compra del equipo instrumental necesario para el laboratorio, valorado en 350.000 euros.

A esta cifra hay que añadir la destinada a los trabajos de inspección, tomas de muestras y análisis de los vertidos que está realizando en las provincias de Zaragoza y Huesca (370.000 euros).

Estos trabajos forman parte de las medidas incluidas en el Plan Integral para la descontaminación del río Gállego, al que el Ministerio destinará un total de cerca de 12 millones de euros, y cuyo protocolo general firmaron la semana pasada el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, y el consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente de Aragón, Modesto Lobón. De la cantidad que aportará el Ministerio, ocho millones se invertirán, a través de la sociedad estatal Acuaes, en garantizar el abastecimiento alternativo a las poblaciones afectadas. Mientras que lo cuatro millones restantes serán aportados por la CHE para la limpieza del barranco de Bailín y para la ejecución de una conducción que evite que el agua de escorrentía contaminada por lindano acabe en el río Gállego.

En cuanto a las obras que se está desarrollando la DGA en Bailín para conseguir evitar el flujo de caudales contaminados por lindano al cauce del río Gállego, el grupo Ecologistas en Acción denució ayer su "falta de efectividad". Según afirmaron los conservacionistas en un comunicado tras visitar la zona afectada, los trabajos de urgencia llevados a cabo para aislar el barranco se han diseñado con "improvisación y negligencia" por lo que no garantizan el paso de caudales contaminados al Gállego. Aseguraron a este respecto que en una visita realizada el pasado 8 de diciembre pudieron observar que las balsas construidas para decantar los sedimentos arrastrados eran "insuficientes" y que se había tratado de corregir esta situación mediante perforaciones en el hormigón y la fijación de nuevas armaduras con resinas para recrecer estas infraestructuras. A su juicio, "si no ha habido más contaminación, ha sido por el moderado y pausado régimen de precipitaciones, pero no por la efectividad de las obras, en las que se gastarán más de cuatro millones de euros del presupuesto".