La Guardia Civil estima que en la provincia de Huesca existen más de 1.300 pozos y balsas que, a pesar de estar autorizados, deben pasar una inspección para comprobar si cumplen con las condiciones de uso y que, en el caso de estar secos, lo hacen con las obligaciones para su sellado. Por todo ello, el instituto armado intensificará a partir de marzo las revisiones a estas instalaciones de riego que se desarrollan desde el 2015 dentro de la operación Aqua.

El Seprona es el cuerpo encargado de llevar a cabo estas verificaciones acerca de si pozos y balsas -existe constancia de acuíferos cuyo aprovechamiento es del siglo XIX e incluso alguno anterior- cumplen con los requisitos exigibles de mantenimiento y sellado, una vez se finaliza su explotación, lo que evita así el riesgo para las personas y los animales. Precisamente, dentro de esta operación, los agentes han realizado más de 221 servicios de inspección. De esta manera se ha detectado un incremento de pozos y balsas de captación de aguas subterráneas, algunas de ellas de forma ilegal. Un hecho que viene dado por la proliferación de casetas o almacenes agrícolas, fuera del ámbito de las zonas urbanizables que se encuentran delimitados por los Planes Generales de Ordenación Urbana.

COLABORACIÓN

La finalidad de la Operación Aqua es el control, la inspección y la detección de las actividades irregulares en materia de aguas. Posteriormente, en caso de incumplimiento de la legislación, se realizarían las consiguientes denuncias en el ámbito administrativo o penal que pudieran resultar según la normativa infringida.

Desde la Guardia Civil insisten en la necesidad de la colaboración ciudadana en todos los ámbitos, con más razón en este caso, puesto que resulta muy difícil localizar pozos realizados de forma ilegal, sobre los que no existen registros, en un territorio, además, tan amplio como es el de la provincia de Huesca. Por eso, desde el instituto armado hacen un llamamiento a que toda persona que tenga conocimiento de la existencia de un pozo ilegal, lo ponga en conocimiento del Seprona de la Guardia Civil .

La reciente caída de un niño de dos años a un pozo en la localidad malagueña de Totalán , de donde fue recuperado muerto 13 días después, ha sensibilizado a la opinión pública y numerosos ciudadanos han puesto en conocimiento de la Benemérita la existencia de perforaciones ilegales a las que se habían precipitado animales.

La Guardia Civil recuerda, además, que en el caso de que un animal haya caído a un pozo o una balsa de riego no se debe intentar sacarlo sin ayuda, dado que se pone en grave riesgo la vida de la persona que lo intenta.