La subida del billete del autobús y el tranvía en Zaragoza dependen del rifirrafe administrativo entre el Ministerio de Hacienda, que entiende que la gratuidad que ofrece el consistorio lo debe costear el consistorio, y el Ayuntamiento de Zaragoza, que defiende que el IVA de cero euros es cero euros. Así podría definirse la situación en la que se encuentra la brecha abierta por la Agencia Tributaria al reclamar a la capital aragonesa unos 800.000 euros por los billetes correspondientes a los usos que hacen los pensionistas y los que se deben a transbordos con el bus. Ambos conceptos suman 4.245.694 usos de los 22.369.304 contabilizados el año pasado, un 18,98%.

En el escrito remitido a la sociedad Los Tranvías reclama el tributo por los 1.584.279 viajes realizados por mayores de 65 años a los que les conceden la gratuidad con la tarjeta de transporte y los 2.661.415 que realizaron usuarios que, previamente, habían utilizado el otro medio de transporte urbano antes de acceder a la línea Valdespartera-Parque Goya.

CASI EL 20% La Agencia Tributaria quiere el bocado que le corresponde por un concepto que, no hay que obviar, representa casi el 20% de los usos registrados en Zaragoza. Los viajes gratis de los pensionistas representan el 7,08% del total en el 2013, y los transbordos, el 11,9%. Por todos ellos, 4,24 millones de desplazamientos por los que el viajero no tuvo que pagar un solo euro, se exige tributar. Y se le reclama a la sociedad Los Tranvías que, junto al ayuntamiento de la capital aragonesano, ya han recurrido la decisión del fisco.

Aunque en el ayuntamiento confían en que se vuelva a reeditar la misma resolución de hace años, cuando la Agencia Tributaria trató de hacer lo mismo pero en el servicio del autobús. Aunque llama la atención que desde el área de Economía y Hacienda municipal ya esté alertando de que el precio del billete subiría si se frustra su recurso y que afectaría al tranvía y al autobús, subiendo las tarifas en ambos, por tener el precio unificado.

Y es que la interpretación que se hace desde el consistorio zaragozano es que el tributo del IVA, que se repetiría año tras año si se confirmara la obligación de pagar, recaería directamente en el propio usuario, para que la subvención municipal al transporte no se dispare. Ahora que, además, se ha logrado reducir la que se abona por el autobús con la adjudicación de la nueva contrata.

Lo que no se plantea, al menos de momento, es repensar la política del transbordo en Zaragoza, que lleva funcionando desde 1995 y que sirvió para disparar la utilización del transporte público en la ciudad. Una subida tarifaria que, a un año de las elecciones y con un IPC tan bajo como el de los últimos años, no sentaría nada bien en el viajero, que será el pagano de la situación si el consistorio pierde el pulso con la Agencia Tributaria.