Las fiestas de Tudela tuvieron ayer un emotivo recuerdo para Carlos Pellejero, el joven zaragozano que fue arrollado mortalmente durante los festejos del año pasado. El presunto homicida, A. L. C., se sentará en diez días en el banquillo de los acusados por homicidio imprudente, lesiones (hirió a su novia y a otra amiga) y conducción temeraria, además de por ir drogado, todo lo cual puede suponerle nueve años de cárcel, según pide la familia de la víctima, representada por Carmen Cifuentes.

Ayer, la localidad navarra celebró la tradicional quema del Volatín en la plaza de los Fueros, un acto en el que un muñeco que simboliza a Judas es zarandeado y quemado, con un petardo en forma de puro en la boca.

Entre otros elementos, el muñeco llevaba un crespón negro en memoria de Pellejero, a quien recordó el alcalde en funciones de Tudela, José Ángel Andrés. «Lo viví en primera persona y es un suceso que, como todos los tudelanos, lamento mucho. El lazo negro en el muñeco del Volatín ha sido una forma de reconocer que aquella tragedia forma parte de nuestro recuerdo», señaló.

A raíz del incidente, este año se ha incrementado la presencia policial en el camino de Las Norias, donde ocurrió el trágico atropello en el que perdió la vida el joven estudiante de Enfermería.