El hospital privado que Quirón levantará en una parcela de la prolongación de la avenida Gómez Laguna, en Zaragoza, comenzará a construirse en verano. Las obras se prolongarán durante 20 meses, aproximadamente, y cuando finalicen (en el 2023) el complejo hospitalario se convertirá, según sus promotores, en uno de los más punteros de la comunidad.

El proyecto contempla 30.000 metros cuadrados de hospital y supondrá una inversión total de más de 100 millones de euros. Por los terrenos Quirónsalud ha pagado al ayuntamiento 16,2 millones tras hacerse con un concurso público en el que este grupo sanitario presentó la única oferta. La empresa deberá gastar parte de esa cuantía en urbanizar los terrenos que rodearán el futuro edificio, cuyo aspecto se puede contemplar en la imagen que acompaña a estas líneas.

Las futuras instalaciones incluirán más de 250 camas, consultas externas y equipos de última generación como un quirófano híbrido, quirófanos integrados o un acelerador lineal, entre otros muchos equipamientos «punteros». Además, será el primer hospital privado aragonés con uci pediátrica y neonatal.

«El nuevo hospital ofrecerá una completa e innovadora cartera de servicios para garantizar una atención integral y que la experiencia del paciente sea personalizada, humanizada y emocional», aseguran desde Quirónsalud. Para ello, el grupo sanitario construirá un edificio de vanguardia y sostenible medioambientalmente, «donde la digitalización no solo será una realidad, sino que también marcará la diferencia».

El director territorial de Quirónsalud, Germán Barraqueta, asegura que el proyecto se ha diseñado pensando en su viabilidad y sostenibilidad a medio y largo plazo y de acuerdo con las necesidades del entorno. Asimismo, se muestra ilusionado ante este nuevo reto que permitirá «reforzar la dotación hospitalaria en Aragón» y aplicar tecnología de vanguardia a la atención sanitaria.

«Los pacientes tendrán acceso a su historia clínica y al resultado de sus pruebas diagnósticas al instante; podrán pedir o cambiar citas, recibir alertas y recordatorios; mantener relación directa con los especialistas e incluso utilizar su teléfono móvil para guiarse por los pasillos del hospital y llegar a su destino», explica Barraqueta.

Un proyecto no ajeno a la polémica

Las aspiraciones de este grupo hospitalario se conocen ahora después de que el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, sorprendiera a la oposición en mayo del año pasado anunciando que iban a modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para dar cabida en la prolongación de la avenida Gómez Laguna, detrás de las instalaciones del club deportivo El Olivar, a un nuevo hospital de capital privado. El objetivo, ha defendido siempre el regidor, era conseguir dinero para rellenar el agujero en las cuentas municipales mientras se atraía inversión a la ciudad.

Pero los grupos municipales de la izquierda se opusieron casi desde un primer momento a este plan por considerar que, detrás de la recalificación, estaban los intereses del grupo Quirónsalud, la que después fue la única empresa que se presentó al concurso. Esta compañía dispone ya de otros dos centros en la capital aragonesa: uno en la misma avenida, pero en la zona de La Floresta, y otro al lado del Parque Grande José Antonio Labordeta.

Cuando a Azcón le tocó defender el proyecto del nuevo hospital privado en Zaragoza aseguró que supondría la incorporación al sistema sanitario aragonés de 500 camas más para poder atender diversas patologías. Ahora, cuando el plan de Quirónsalud ya ha echado a andar, se sabe que finalmente serán 250 las plazas que albergará el centro, pero desde el grupo hospitalario insisten en que utilizarán tecnología puntera que posibilitará que Zaragoza se convierta en un «hub sanitario», es decir, un foco de atracción de talento y la inversión a la ciudad.

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