Aún no ha dado tiempo a valorar los daños de las tormentas caídas el pasado fin de semana en Aragón, en lugares tan distantes como Aliaga, Tamarite de Litera y el Pirineo, cuando nuevas trombas volvieron a descargar sobre la comunidad elevando los destrozos provocados por las lluvias torrenciales. El último episodio se registró en la noche del domingo al lunes en la ciudad de Huesca, donde cayeron 42 litros por metro cuadrado entre las 22.30 y la 1.30 horas. Además, en la madrugada de ayer una intensa tormenta inundó el polígono industrial de Épila, la vía férrea y varias calles de la localidad, en las que ayer los vecinos trabajaban para retirar el barro y el agua acumulada. Y anoche, a última hora, el pedrisco también hizo su aparición en el muncipio de Agón, sin que se hayan cuantificado las afecciones.

En el caso de Huesca, la tromba, que llegó acompañada de un fuerte aparato eléctrico, generó un río de agua, de hasta 20 centímetros de altura, en calles como Pedro IV, Martínez de Velasco, Ramón y Cajal, Estrecho Quinto y la avenida de la Paz.

En todas estas zonas los bomberos tuvieron que emplearse a fondo para achicar el agua acumulada en garajes y trasteros. Especialmente grave resultó la inundación de la planta de urgencias del centro de salud Pirineos, que no pudo reabrirse al público hasta la tarde de ayer.

En Épila la tromba de agua dejó unos 60 litros por metro cuadrado, según Efe, y se produjo en torno a las 2.00 de la madrugada. Duró poco más de media hora y provocó el desbordamiento del barranco de los Carnuces, tal y como indicó Jesús Bazán, teniente de alcalde de la localidad.

La empresa Zanini, dedicada al sector del automóvil y que emplea a unas 200 personas, fue la más dañada por el agua y el barro y decidió suspender momentáneamente la producción.

La fuerte lluvia afectó al tren Estrella Costa Brava, que circulaba de madrugada por la línea férrea Madrid-Zaragoza-Barcelona. En torno a las 3.00 de la madrugada, el maquinista del tren, que se dirigía a Barcelona con 198 pasajeros, comunicó que la vía estaba anegada, por lo que la compañía movilizó una locomotora que remolcó el convoy hasta Épila, donde los viajeros fueron trasladados en autobuses hasta la estación Delicias-Zaragoza para continuar viaje en Ave a la capital catalana.

Ante esta incidencia registrada en la vía, el convoy que cubría el mismo trayecto en sentido contrario quedó detenido con 272 en torno a las 3.30 horas en la estación de Zaragoza, donde fueron trasladados a otro Ave para viajar a Madrid.

El teniente de alcalde de Épila señaló que también tuvieron que ser cortadas al tráfico por la caída de piedras y agua las carreteras autonómicas A-1305 y A-122, donde ya se circula con normalidad.

En Aliaga diversos técnicos de las instituciones proceden estos días a realizar una valoración de los daños. "La limpieza sigue adelante, pero no descartamos pedir un plan de emergencia", señaló ayer Sergio Uche, alcalde de la población, que subrayó que los daños más graves se habían producido en la pedanía de Aldehuela.