Los alumnos de primero de Bachillerato del instituto Pirámide de Huesca viajan cada año a la República Checa, Polonia y Austria para conocer de primera mano la historia del holocausto judío y español. El proyecto está organizado por Jesús Inglada, profesor de Historia y Carlos Pérez, docente de Música. «Nos apasiona lo que hacemos y contar lo que sabemos a los chicos», aseguran ambos maestros.

Los objetivos principales del viaje son en primer lugar, conocer históricamente lo que significa el holocausto; después incorporar la memoria de víctimas y de testigos; y por último ir a los lugares donde ocurrió la catástrofe. Para ello, antes de despegar, los alumnos reciben los conocimientos necesarios para ponerse en la situación del crimen y del horror que sufrieron millones de personas. Además, durante las largas horas del trayecto, los docentes les ponen películas y documentales para comentar la historia.

Por otro lado, en cada excursión, encuentran a personas que sobrevivieron al Holocausto o familiares de los fallecidos. Como es el caso de Anna Hackl, una austriaca de 93 años cuya familia ayudó a sobrevivir a dos oficiales del ejército soviético en el campo de concentración de Mauthausen (Austria), donde se estima que pasaron más de siete mil españoles, de los cuales cinco mil fueron aniquilados.

Nueve fueron los días que este año los estudiantes de primero de Bachillerato pasaron en tres países diferentes donde visitaron campos de concentración, iglesias, sinagogas, la fábrica de Oskar Schindler y varios guetos judíos, entre una multitud de sitios más. En definitiva, toda una experiencia única para los más aventureros que quieran saber lo que pasó narrado por los propios profesores del instituto.

Inglada aseguró que los chicos muchas veces se emocionan cuando ven las toneladas de cabello que se guardan en Auschwitz. Lo que en clase sería un tema más de memorizar, aquí se convierte en un contacto con la realidad y en un conocimiento directo. «A todos les llega a marcar la experiencia y cuando pasan varios años suelen volver con su familia», relató el historiador.

«Este viaje nos ha ayudado a conocer un poco más la barbarie que ocurrió hace apenas 70 años, y a valorar lo que tenemos ahora», contaron las estudiantes Nuria y Elena que se conmovieron al ver las cámaras de gas, los crematorios y las salas donde guardaban los cuerpos sin vida.

Con motivo del aniversario de la gran masacre, los profesores suelen organizar el viaje entre los meses de enero y febrero. La idea es que Praga sea el centro de operaciones para llegar a todos los destinos. Asimismo, para las futuras ediciones quieren mantener lo esencial e incorporar la zona del Este de Polonia donde están otros campos de exterminio, así como los guetos, ya que son lugares muy simbolicos. Por ello, para el año que viene han localizado el caso de una señora, hija de un checo que vino a luchar a la guerra civil española y se casó y tuvo hijos con una enfermera. El testimonio servirá para poner en contexto a los próximos estudiantes que visiten la localidad cómo fueron aquellos años. Sin embargo, conforme van pasando los años es más difícil encontrar testigos que sufrieron el holocausto.

Instituto Cervantes

Desde el 2015, los aventureros realizan una parada en el Instituto Cervantes de la capital checa donde se reunen con Helga Weissová y Hana Hnatova-Lustigová, dos supervivientes de los campos nazis de Terezin, Auschwitz-Birkenau, Freiberg y Mauthausen. La novedad de este año fue la incorporación del doctor tomas Radil que fue reportado por ser judío con trece años.

«Allí nos abren las puertas como si fuera nuestra casa y nos esperan con los supervivientes» subrayó Inglada. Además, en el instituto llevan estudiantes de la localidad que estudian checo y español. El profesor confirmó que es muy interesante la relación que se establece entre los estudiantes, ya que comparten experiencias y conviven durante unos días. «Es fabuloso, de las cosas mas interesantes», exclamó el historiador.

Por otro lado, desde el 2001, Jesús junto a varios amigos suyos escritores y conocedores de la masacre organizaron diversas jornadas sobre el nazismo. En la capital oscense hiceron una exposición de temas del holocausto y de la guerra civil, con el traje de rayas de los prisioneros y del soldado de oficial alemán en el 2010.

El proyecto tiene mucha complejidad, ya que «procuramos que vean toda la tipología de todos los campos», confirmó el maestro. Además, la labor de ambos profesores hace que, reconstruyendo los hilos a través de pequeñas pistas como fotografías o nombres, puedan localizar a los familiares de los presos que estuvieron en varios campos y de los testigos.