Solo mes y medio queda para que se cumpla el décimo aniversario del inicio de la Expo de Zaragoza del 2008. El 14 de junio se ha marcado en rojo en el calendario de las Administraciones públicas pero a 45 días de esa fecha, los iconos de lo que fue la muestra internacional siguen lejos de su reapertura al público. Ayer lo hacía parcialmente el Pabellón Puente, la obra más cara del recinto que lleva la firma de Zaha Hadid y que de forma intermitente se muestra como pasarela peatonal. Y con ello también luce sus múltiples deficiencias en todas las zonas que son visibles en él, porque la mayoría de sus dependencias siguen cerradas.

El futuro a corto plazo no parece halagüeño para ninguno de ellos. Tampoco para el pabellón de España. En una reciente pregunta de CHA en el Senado, hecha a través de Compromís, la respuesta del Ejecutivo central no dejaba lugar a dudas: «Se ha promovido la ocupación desde el 2012 en diferentes ámbitos, públicos y privados, sin que hasta el momento hayan fructificado las gestiones realizadas», explicaba la Dirección General de la Administración Periférica del Estado del Ministerio de Presidencia y para las Administraciones Territoriales.

Esta añadía que «está previsto el acondicionamiento básico del edificio» pero este se condiciona a que «surja algún proyecto y se formalice adecuadamente». Aunque también recuerda que se han realizado actuaciones «con el fin de frenar el deterioro de sus elementos arquitectónicos principales». La última inversión, unos 800.000 euros. Antes otros 300.000. Y resiste la obra de Patxi Mangado a 10 años de cierre, que tampoco ha concretado si abrirá sus puertas por la efeméride que este año se celebra. La Asociación Legado Expo lo solicitó en otoño para la exposición que han preparado, pero no ha habido respuesta de la Subdelegación del Gobierno desde octubre.

Tampoco se conoce iniciativa firme para contar con una reapertura próxima del pabellón de Aragón, que este año podría recibir la primera inversión en diez años por parte de la DGA, para paliar las consecuencias de su abandono. Ni la Torre del Agua, aunque al menos este edificio, diseñado por Enrique de Teresa, sí puede ser visitado estos días. Aprovechando la iniciativa de Legado Expo, que ofrece un recorrido por el frente fluvial y, desde abril, lleva a grupos de 15 personas al interior para ver la escultura Splash. La asociación asegura tener «todas las plazas cubiertas» hasta finales de mayo, cuando dejarán de hacer estas visitas.

«Es una vergüenza que estos iconos de la Expo estén tan lejos de su reapertura. Avisamos que deberían hacer algo por el décimo aniversario y quizá hemos pecado un poco de ingenuos», lamentó ayer Juan Ibáñez, de la asociación Legado Expo. A su juicio, la imagen del Pabellón Puente «es vergonzante e indigna» y a la Torre del Agua y al pabellón de Aragón, la DGA «les está haciendo la respiración artificial».