El titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 2 de Zaragoza, José Luis Martínez, acordó ayer prorrogar la prisión provisional para Antonio Losilla, que el próximo día 30 cumplirá dos años entre rejas como presunto autor del asesinato y descuartizamiento de su mujer, Pilar Cebrián, en su casa de Ricla. La situación podría prolongarse hasta dos años más con esta decisión, aunque previsiblemente el juicio con jurado por este caso se celebrará antes, habida cuenta de que ya se han presentado los escritos de acusación y de defensa.

Fiscalía había solicitado la prórroga para evitar el riesgo de fuga, considerando que le imputó delitos de homicidio y falsedad en documento mercantil. También las acusaciones particulares, ejercidas por el primo e hijo de la víctima --y del presunto asesino-- representados por las letradas Soraya Laborda y Carmen Herrero y Laura Vela, respectivamente, pidieron que permaneciese en prisión.

El juez avaló esta tesis, aunque el abogado de Losilla, el penalista Javier Notivoli, sostuvo que no hay "indicios racionales de criminalidad" contra su cliente. Incidió en que la confesión que realizó sobre el descuartizamiento en el registro de su casa de Ricla no tiene validez, ya que se realizó sin estar presente el juez, ni él mismo, y sin lectura de derechos. Y remarcó que, pese a haberle metido "cables en la cabeza" --en referencia al test de la verdad--, haber buscado en Mularroya con ayuda del Ejército, "Pilar sigue sin aparecer".

ECONOMÍA

El propio Losilla, que fue trasladado ayer al juzgado para la vista sobre su situación, pidió ser puesto en libertad por la situación "problemática" que genera su ausencia en la economía familiar. Y porque "lo único que produce" su encarcelamiento es desestabilizarse. Negó que quiera "marcharse a ningún sitio" porque quiere "dar la cara" por él y por su familia, a la que quiere devolver "todo lo que han hecho" por él.

El presunto asesino y descuartizador sostuvo que, pese a que la Guardia Civil lo niegue, él acudió a denunciar la desaparición de su mujer hasta en dos ocasiones al cuartel, el 11 y el 16 de abril del 2012.

Su abogado también incidió en que las gotas de sangre de Pilar halladas en la casa estaban en una zona de cocina, por lo que pueden ser de cortes.