La defensa de Rodrigo Lanza en el caso de la paliza mortal a Víctor Laínez solicitó que se analizar la navaja, hallada tal y como adelantó este diario seis meseses después de este crimen de odio, y, concretamente si en la misma hay huellas o ADN del dueño del bar Tocadiscos en el que se produjeron los hechos. Una petición que acaba de rechazar rotundamente la jueza del caso.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza ha señalado, a través de un auto, que el propietario del establecimiento del barrio de La Magdalena es «un testigo objeto ajeno a las partes». «No se ha probado que tuviera ningún vínculo de amistad con la víctima», afirma, mientras añade que «no hay que olvidar que se trata de una navaja o cuchillo que una persona dice haber encontrado día después de los hechos en la vía pública, pese a lo cual, no la entregó a la Policía Nacional ni al juzgado».

Añade la jueza que esta petición del abogado de Lanza «pretende desviar el auténtico objeto de la investigación» y quiere recalcar que «la supuesta tenencia de dicha navaja únicamente afectaría a un momento previo» al ataque sufrido por Laínez y que se produjo cuando había acabado el enfrentamiento. De esta forma, deja caer la magistrada que la supuesta defensa propia que esgrimió inicialmente Lanza no sería aceptada.

El análisis de la navaja hallada fue recurrido por las acusaciones, ejercidas por el abogado de la familia, Juan Carlos Macarrón y en nombre de Vox, David Arranz, quienes señalaron que se había roto la custodia de la prueba y que mostraron sospechas sobre la aparición de la misma.