El Juzgado de lo Penal número 1 de Huesca celebró el pasado jueves el juicio oral por unos hechos sucedidos en Albalate de Cinca, cuando un vecino que fue detectado incumpliendo las normas de tráfico trató de huir a gran velocidad por vías pecuarias y posteriormente introduciéndose en un campo de alfalfa en el que quedó bloqueado.

En el momento en el que los agentes fueron a pedirle la documentación para sancionar su conducta vial el infractor trató de agredirles de forma «consciente y voluntaria», teniendo que ser reducido y posteriormente ser conducido a dependencias policiales.

La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), que ejerce la acusación particular de los dos agentes por medio de su letrado Jorge Piedrafita, solicitó una condena por delito de atentado a los agentes de la autoridad y los daños producidos en el campo durante la huida, en contraposición a la fiscalía que únicamente acusaba de atentado y posteriormente rebajó a delito de resistencia (con una pena muy inferior).

A su vez, la defensa pidió la libre absolución negando los hechos y tratando de justificar su defensa en una mala actuación policial hacia el acusado, por lo que no cabía imputarle ningún delito.

La AEGC es la única asociación profesional en Aragón que ejercita la acusación particular para todos sus agentes en los incidentes sufridos en acto de servicio para garantizar los derechos de los guardias civiles y su resarcimiento, aunque no medie lesión corporal alguna, señala Piedrafita.

Agresiones en aumento

Una cobertura exclusiva añadida que se entiende fundamental ante la preocupación del creciente número de agresiones a agentes de servicio. Especialmente en los últimos meses que se tienen que realizar mayor número de controles por los confinamientos y las sanciones por las infracciones de covid 19 en la comunidad que tienen que realizar los agentes de la Guardia Civil.

El letrado señaló que la acusación particular en estos casos es «fundamental para tratar de evitar acuerdos fáciles que comporten penas ínfimas por sucesos que en muchas ocasiones son de gravedad».

Asimismo, dejó constancia de que desde el servicio jurídico se seguirá trabajando para que ninguna agresión a los agentes quede impune o salga gratis.

Las ruedas se hundían en la tierra

En la vista oral de Huesca, el acusado mantuvo que era inocente y que no es cierto que iniciara una agresión hacia los agentes que le habían dado el alto y que posteriormente le siguieron en su huida hasta el campo en el que entró con su coche y tuvo que parar porque las ruedas se hundían en los surcos de tierra blanda.

Nada más ser reducido, el automovilista fue trasladado, en calidad de detenido, a las dependencias de la Benemérita. Una vez terminada la vista oral, el juicio quedó visto para sentencia.