Un joven zaragozano, S. E. F., se sentará próximamente en el banquillo por la presunta posesión y distribución de 207 archivos de pornografía infantil, cuyo rastro encontró la Policía Nacional pese a que había formateado el ordenador. Un delito de corrupción de menores por el que la Fiscalía pide para él dos años de cárcel.

Según considera inicialmente el ministerio público, su arresto deriva de una operación policial de Madrid, que detectó a un total de 124 usuarios del programa Ares de intercambio de archivos, que tenían material pedófilo que estaban descargando y compartiendo.

Entre ellos figuraba uno, en Zaragoza, que tenía 77 de ellos, 63 con nombres explícitos vinculados a la pornografía infantil y 36 de ellos correspondientes a abusos sexuales a menores.

Este caso concreto pasó a la jurisdicción de un juzgado zaragozano, que autorizó el registro de su vivienda. Antes, la Policía le había hecho llegar una citación por medio de sus padres, con los que convivía.

Según destaca el fiscal, en el registro se intervino diverso material informático. Y los agentes que realizaron el análisis de informática forense determinaron que había formateado el ordenador dos horas después de haber recibido la citación policial.

Sin embargo, pese al borrado, los agentes pudieron determinar la presencia de 207 ficheros de pornografía infantil, así como la descarga y uso del programa Ares. Sin embargo, no hallaron rastro de los 77 archivos que inicialmente condujeron a la investigación, vinculados a su dirección de internet.

Los 207 archivos no pudieron ser recuperados en su totalidad, pero en los que sí se pudieron reconstruir había material de menores, hasta de 5 años, en evidentes actitudes sexuales.

Fiscalía considera que se trata de un delito de corrupción de menores por el que el joven debe ser condenado a dos años de prisión.

La Policía recordó recientemente, a raíz de otra operación relacionada con la ciberpedofilia, que descargar este tipo de archivos con programas de intercambio puede llegar a suponer la comisión de dos delitos distintos, uno por la posesión del material y otro por su distribución.