El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, quiso ayer zanjar la polémica en relación al proyecto de ampliación de la estación de Cerler, un asunto que genera alguna discrepancia entre dos de sus socios de Gobierno (Podemos y CHA), pero que se rebajaron de forma notable tras la reunión mantenida el lunes entre miembros del cuatripartito, en la que minimizaron sus diferencias

El presidente del Ejecutivo aragonés, que ayer mantuvo una encuentro con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page en Molina de Aragón (Guadalajara), consideró que las opiniones «matizadamente distintas» de Podemos y CHA no tendrán «ninguna repercusión» ni generarán «ningún problema» en el Ejecutivo.

Durante el encuentro, en el que se abordó el problema de la despoblación y la financiación de las autonomías aludió a las críticas de Podemos y CHA al proyecto de ampliación de la estación de esquí -que aumentaría su superficie esquiable de 77 a 105 kilómetros-, Lambán aseguró que «han tenido siempre una posición matizadamente distinta respecto a cómo se debe actuar en la montaña y en relación al tema de la nieve».

Javier Lambán ofreció a su socios de gobierno las «correspondientes explicaciones» y estos se mostraron, según aseguró, «bastante satisfechos». No obstante, el presidente del Gobierno aragonés reconoció que «sabíamos desde el principio que en este asunto concreto podíamos tener visiones matizadamente distintas».

Las discrepancias se hicieron mas visibles cuando el pasado viernes se pusieron en marcha los trabajos de ampliación de Cerler, que consisten en conectar con el valle de Castanesa.

El coste ronda los 40 millones de euros e incluyen la construcción de cuatro remontes, una carretera de siete kilómetros hasta el frente de nieve y un aparcamiento como infraestructuras principales, según el estudio técnico de Aramón.

El primer remonte podría estar operativo en la campaña 2020-2021, pero la terminación de todo el proyecto llevará al menos cuatro años.