Los cinco detenidos en los disturbios desatados tras la manifestación pacífica del sábado en Zaragoza fueron puestos en libertad ayer. Los dos adultos, con cargos por desórdenes públicos, incendio y daños tras declarar ante el juez; los tres menores, tras ser puestos bajo custodia de sus padres, declararán previsiblemente hoy ante la Fiscalía de Menores.

Los disturbios acabaron por calmarse, pero las reacciones vecinales no parece que vayan a seguir la misma tónica. Ayer, varias asociaciones y colectivos --secundados por las formaciones políticas de izquierdas-- cuestionaron la versión policial del inicio de las hostilidades, que teóricamente empezaron con el lanzamiento de un objeto contundente --finalmente fue el cenicero de un bar-- a un policía local que regulaba el tráfico en la plaza San Miguel, media hora después del fin de la manifestación, a las 20.30 horas.

Según varios testigos, un grupo de unos 200 jóvenes se dirigió tras la manifestación a la zona de la Magdalena por la calle Don Jaime, donde agentes antidisturbios comenzaron a identificar a los transeúntes, lo que generó reacciones que fueron subiendo de tono hasta degenerar en cargas.

DAÑOS Sea como fuere, los disturbios se saldaron con destrozos de mobiliario urbano, como los contenedores de vidrio tirados por el Coso y las calles aledañas. Por la quema de uno de ellos --en la calle Verónica-- fue arrestado un joven de 19 años, que ayer quedó en libertad imputado por delitos de desórdenes públicos, daños e incendios. Ante el juez explicó que él solo estaba huyendo de la zona porque ya lo habían identificado otras veces, pero la Policía receló de su actitud vigilante. El atestado refleja que le vieron quemar un contenedor.

La otra adulta detenida, una joven de 18 años, iba con otros dos menores por la plaza de Los Sitios, también asegura que huyendo, cuando la arrestaron. Declaró, como el anterior, asistida por su letrada, Clara Isiegas, y abandonó el Juzgado de Guardia en torno a las 15.30 horas. La Policía considera que la joven acompañaba a un cuarto menor, que sería quien le lanzó el cenicero al policía local, y al que apresaron más tarde en un bar de la calle San Miguel.

El agente de la Policía Local fue atendido inicialmente por los Bomberos de Zaragoza en su ambulancia, aunque tras una primera cura no le trasladaron a un centro hospitalario. Acudió posteriormente a la MAZ, y necesitó unos puntos de sutura en la cabeza. Pese a que se trató del único herido oficialmente en los disturbios, ningún comunicado de repulsa por la acción policial de los que ayer llegaron a este diario le mencionaba.