El camino para que el antiguo instituto Luis Buñuel se convierta en un centro social comunitario para San Pablo avanza con paso firme. El pleno del Ayuntamiento de Zaragoza aprobó ayer la modificación del plan general de ordenación urbana para ampliar los usos de la parcela del antiguo instituto Luis Buñuel, que hasta ahora estaba restringido a su utilización como equipamiento educativo y ahora se dará luz verde a usos culturales y sociales.

El 12 de septiembre finalizó el plazo de licitación del proyecto de obras abierto por Zaragoza Vivienda, presupuestado en 417.075 euros (IVA incluido) y solo queda que la entidad adjudique el proyecto. Las obras podrían empezar en noviembre y el antiguo instituto podría estar reformado para sus nuevos usos en abril.

GESTIÓN COMPARTIDA Al mismo tiempo, la asamblea vecinal surgida del 15M que ocupa el patio interior de las instalaciones --con conocimiento del Gobierno de la ciudad-- continua demandando la cesión de la gestión del edificio, que se convertiría en el primer centro cívico del barrio. Se han mantenido contactos con el Ayuntamiento de Zaragoza y se está barajando la posibilidad de sacar a concurso público la gestión --como ha sucedido con la Harinera de San José-- o bien hacer un concurso de ideas para que se presenten entidades sin ánimo de lucro.

En cualquier caso, se está trabajando en la redacción de documentos para sentar las bases de cómo se quiere gestionar el centro, teniendo siempre en cuenta la opinión y el trabajo que ha realizado la asamblea durante todo este tiempo. Según la asamblea, lo ideal sería que el Luis Buñuel se gestionara de forma compartida por parte los vecinos --gestión de proyectos-- y el consistorio --mantenimiento de las instalaciones--.

A la espera de una respuesta definitiva del consistorio, unas 30 personas de la asamblea vecinal continúan reuniéndose todos los miércoles por la tarde en el patio del antiguo instituto para seguir perfilando lo que será el centro comunitario que dinamizará la vida cultural y social del barrio. Elsa Navarra, promotora del centro, insistió en que lo bueno que tiene el proyecto es "el componente social y político" que ha seguido el proceso. "No quisimos ocupar el instituto sin más. Decidimos avisar al ayuntamiento de que estábamos aquí. Dialogamos y estamos consiguiendo cosas", subrayó.