Un total de 57 entidades sociales de la capital aragonesa se han adherido a la Alianza antirrumores, una iniciativa impulsada por la Casa de las Culturas del Ayuntamiento de Zaragoza con el objetivo de trabajar en pro de una ciudad intercultural donde prime la convivencia frente a los rumores racistas y xenófobos.

La red está englobada por asociaciones de personas migrantes, gitanas, juveniles, de consumidores y vecinales, partidos políticos, sindicatos, colegios profesionales y organizaciones que trabajan en ámbitos como la intervención social, la salud, la educación y la cooperación al desarrollo y a cuyos representantes recibió ayer el alcalde, Pedro Santisteve.

Estas entidades se comprometen a la creación de espacios libres de rumores, lugares de uso cotidiano o excepcional de la ciudad, ya sean públicos o privados, como espacios de trabajo, sedes sociales o recursos por los que pasa la ciudadanía de Zaragoza y a formar agentes antirrumores entre sus profesionales, voluntarios o socios.

Según el alcalde, se trata de un pequeño paso más para combatir los discursos de odio y racismo que están avanzando en todo el mundo.

La medida se enmarca dentro de la Estrategia ZGZ ciudad antirrumores, puesta en marcha con la colaboración de SOS Racismo Aragón, la Fundación Federico Ozanam y asociaciones de inmigrantes, que está dirigida a frenar y contrarrestar los rumores, prejuicios y estereotipos de las personas migrantes y de otras etnias que viven en la capital aragonesa.

Al grupo motor de esta iniciativa creado en el 2015, se ha incorporado la Fundación Secretariado Gitano, la Fundación Cepaim, de Convivencia y Cohesión Social, y el Colectivo Universitario.

La estrategia se basa en el principio de que los rumores están asociados a prejuicios y estereotipos, muchos de ellos originados por el desconocimiento y que condicionan el comportamiento de las personas.