El informe "L'aragonés y lo catalán en l'actualidad" ha revelado que en Aragón hablan estos dos idiomas un total de 81.068 aragoneses, que ambas lenguas cuentan con hablantes en todo el territorio y que su presencia es histórica en 12 de las 33 comarcas.

También se ha puesto de manifiesto que mientras en el caso del aragonés se está produciendo una ruptura de la transmisión de padres a hijos, en el caso del catalán se sitúa entre la estabilidad y el estancamiento.

El vicerrector de Política Académica de la Universidad de Zaragoza, Gerardo Sanz Saiz; el director general de Política Lingüística de Aragón, José Ignacio López Susín; y Chabier Gimeno y Natxo Sorolla, dos de los seis autores del estudio, han presentado este informe en el que por primera vez se ha analizado el uso de ambas lenguas en todo el territorio aragonés y no solo en las zonas de uso histórico.

De los aragoneses que hablan estas lenguas, 55.513 lo hacen en catalán y 25.556 en aragonés, mientras que los que los saben escribir se reducen en casi un 50 por ciento hasta los 44.119 entre ambos.

El informe califica como un "problema grave de analfabetismo" en la lengua propia el que tienen muchos de sus hablantes en Aragón porque no lo saben leer o escribir en su lengua inicial, aunque en las zonas en las que se ha implantado su enseñanza, como ha sido el caso del catalán, ha sido un "bastión fundamental", según López Susín.

También han resaltado que se ha detectado que un elevado porcentaje de los aragoneses que hablan en una u otra lengua se localizan en la ciudad de Zaragoza, con el 30,61 % para los que lo hacen en aragonés y el 22,6 % en catalán.

En cuanto a las zonas de la Comunidad en las que se habla el aragonés y el catalán, el informe destaca los casos especiales del Matarranya, que es la única comarca bilingüe en la que la lengua histórica se habla en todos sus municipios, mientras que la de la Ribagorza es la única trilingüe con un 17,5 % que declaran saber hablar catalán y un 20,7 % en aragonés.

Gerardo Sanz ha recordado que recientemente se ha firmado un convenio entre la consejería de Educación y la Universidad de Zaragoza para la creación de una cátedra sobre patrimonio inmaterial, en la que entrarían el aragonés y el catalán, así como el folclore y la música, entre otras cosas.

También ha incidido en que es la primera vez que se han analizado "desde un punto de vista científico" las lenguas propias de Aragón y desde la Universidad consideran que son "un valor cultural de Aragón y nos debemos involucrar".

José Ignacio López Susín ha reiterado el compromiso del Gobierno aragonés con las lenguas propias de Aragón para que se conozcan y tengan "un sustento científico" para su estudio, dignificación y difusión.

También ha incidido en los pocos estudios sociolingüísticos que se han hecho, como fue el censo de 1981 en el que se trató de esta materia pero no se pudo disponer "de todos los datos", o algunos como los que se hicieron en la Franja Oriental en 1995 o el del Habla del Altoaragón en 1999, este último "prácticamente desconocido hasta ahora".

Por parte de los autores del informe, Chabier Gimeno ha explicado que se trata de un trabajo basado en evidencias científicas y que es un "estudio pionero" que da fe de "una realidad que estaba en una nebulosa", y el siguiente paso será afrontar un proyecto con el que se pueda "afinar más" para llegar a las poblaciones más pequeñas.

Natxo Sorolla ha señalado que se trata de una encuesta con datos declarados en la que se ha encuestado al 13,6 por ciento de la población de forma representativa.

Entre las localidades donde se hablan ambas lenguas, además de Zaragoza, con unos 19.500 hablantes, ha resaltado el conocimiento que hay en ámbitos urbanos como Monzón y Barbastro, con unas 1.800 y 1.450 personas, respectivamente, que hablan una u otra lengua, o Alcañiz, donde 1.200 lo hacen en catalán.

Sobre la ruptura de transmisión del conocimiento de estas lenguas, ha comentado que en el caso del aragonés un 50 % los padres lo transmiten a sus hijos, el 40 % no lo hacen, y un 10 % se sitúan en otras transmisiones en los que se encuadran padres que no lo conocen y los hijos sí.

En el caso del catalán, la transmisión padres-hijos supera el 80 %, mientras que en el 11 % no se produce, y el 9 % se enmarca en otros tipos.