Alfonso Alegre estaba en paro en el 2011, cuando surgió un movimiento ciudadano que posteriormente se conocería como 15-M. Participó en las manifestaciones, estuvo en la plaza del Pilar, en las asambleas y se dio cuenta de que aquello podría ser el principio de un cambio. Este profesor se integró luego en la Marea Verde y ahora es uno de los cuatro portavoces de Ganemos Zaragoza.

El suyo es un recorrido lineal, quizás lógico, que parte de los llamados indignados, pasa por las mareas que han transitado las calles de todas las ciudades del país, y termina --o no-- en los nuevos partidos y movimientos que están surgiendo al calor del descontento ciudadano. Llámese Podemos, Ganemos, Recortes Cero, Partido X...

"Las ideas, planteamientos y sentimientos son los mismos ahora que en el 15-M. Aquello fue una explosión desorganizada de un descontento generalizado, de una rebeldía ante lo que estaba pasando. Eso ha derivado en una lucha mucho más organizada, primero en las mareas y ahora en Ganemos o Podemos porque nos hemos dado cuenta de que hay que dar la batalla institucional", cuenta Alfonso Alegre. Esa batalla pasa por articularse en forma de partidos, hacer primarias, presentar candidaturas; por estar en los ayuntamientos y en los parlamentos.

VASOS COMUNICANTES

"Podemos se alimenta del movimiento indignado y de las mareas, son su corazón para alcanzar las instituciones. No nos gusta diferenciarnos porque somos vasos comunicantes". Habla Maru Díaz, que aspira a convertirse en la primera secretaria general de Podemos Zaragoza. En su opinión el tránsito desde las mareas a partidos como Podemos o Ganemos es "la transición normal". "Del movimiento inicial de descontento, de ese grito que decía que los partidos que están en las instituciones no nos representan, se ha llegado a esto momento, en el que el objetivo es, una vez organizados, alcanzar los ayuntamientos", explica.

"Sin esas acampadas y las mareas, partidos como Podemos o Ganemos no serían posibles. Lo sucedido en el 2011 fue el punto de inflexión de un malestar ciudadano larvado durante mucho tiempo y que ahora ha cuajado", subraya Ángel Hidalgo, de Marea Blanca. Hace una precisión: "Las mareas estaremos en pie de guerra gobierne quien gobierne. Estaremos ahí siempre, nos da igual el color. Aunque es verdad que Podemos ha escuchado a la ciudadanía, diferenciamos nuestros movimientos de estos partidos. En las mareas hay todo tipo de sensibilidades y si alguien apoya a Podemos lo hace a título propio, no como representación nuestra. Cada uno hace lo que quiere, y como marea no nos significamos", aclara.

La aparición de estos partidos, que beben de las mareas coincide con una caída de las movilizaciones en la calle. "Yo no creo que una cosa tenga que ver con la otra. Stop Desahucios sigue muy activa, con actos continuos, y un ejemplo es el de esta semana en Tarazona. Es cierto que las manifestaciones ya no se producen al ritmo de antes, pero es que queda ya muy poco para las elecciones. La verdadera movilización se producirá en mayo del 2015 para echarles de las instituciones", asegura Alfonso Alegre.

CALLES VIBRANDO

Maru Díaz admite que existe un "riesgo" de desmovilización. "No nos gustaría que eso pasase. Las calles tienen que seguir vibrando como lo han hecho en los últimos años. Por eso Podemos ha organización la manifestación del día 31 de enero, para calibrar el potencial real del descontento de la ciudadanía en este momento. Esperamos que la respuesta sea grande", dice.

Con movilización o sin ella, está claro que Podemos ha sabido captar el descontento de las mareas y de los indignados. "El pueblo pide una sanidad pública de calidad, unos buenos servicios, y Podemos ha sabido escucharnos, los partidos tradicionales nos han dejado abandonados. Está por ver qué puede hacer la formación que lidera Pablo Iglesias, pero de momento ha utilizado el sentido común, algo que no han hecho otros", indica Ángel Hidalgo.

"Queremos dar respuesta, suplir lo que falta y llegar a las instituciones para dar voz a la ciudadanía", admite Díaz. "Nos hemos dado cuenta de que los gobiernos no han reaccionado a las movilizaciones. No ha cambiado nada después de todo el malestar y el enfado expresado en la calle", reconoce el portavoz de Ganemos Alfonso Alegre.

De ahí que el paso lógico es llegar a las instituciones, solo a través de ellas o a partir de ellas es posible cambiar las cosas. Es una lección que el 15-M y las mareas han aprendido durante este año. De poco sirve el malestar, si las decisiones las siguen tomando otros. Esta reflexión, madurada al calor de la calle, está cristalizando en estos nuevos partidos políticos cuyo impacto solo se intuye, de momento, a través de las encuestas demoscópicas.

Las elecciones europeas fueron un primer aviso, pero los comicios autonómicos y locales serán la verdadera prueba de fuego. Servirán de termómetro para saber hasta dónde alcanza esta metamorfosis del descontento, del cabreo, que partió de las plazas, pasó con las mareas por las calles, los colegios, los hospitales, las administraciones, y ahora, todo este camino parece llevar a las instituciones.