El Ministerio de Sanidad sigue sin abonar a la DGA los 720.000 euros que se comprometió a transferir para programas destinados a la erradicación de la pobreza infantil. Aragón, que decidió destinar este dinero a la apertura de comedores escolares en verano, adelantó la cantidad necesaria para ejecutar la medida, cuya poca aceptación --apenas acudieron 240 niños a comer y a otros 800 del medio rural se les asignó una ayuda directa-- provocó que al Ejecutivo le sobraran más de 600.000 de los 720.000 euros programados.

Pero, a comienzos de esta semana, Madrid todavía no había pagado, lo que aplazaría la decisión del Departamento de Sanidad de destinar esa cantidad sobrante a familias con menores a su cargo que están percibiendo el Ingreso Aragonés de Inserción (IAI).

La demora en la transferencia procedente del ministerio sorprende porque hace ya casi cuatro meses que Aragón procedió a la apertura de comedores. Aquel 1 de julio, unos 240 niños accedieron a uno de los siete centros educativos cuyos comedores abrieron sus puertas para abastecer a estos escolares con escasos recursos. Todos ellos habían sido agraciados el curso pasado con una beca de comedor de la DGA, lo que les habilitaba para seguir comiendo en el centro durante la época estival.

Sin embargo, la premura en la convocatoria --el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) tuvo que prorrogar el plazo permitido para inscribirse tras haber concedido apenas tres días-- y la desinformación de las familias provocaron que apenas se apuntaran a la iniciativa el 7% de los escolares llamados a hacerlo. En algunos centros, además, solo acudieron la mitad de los inscritos