El regreso de los osos al Pirineo es una realidad, algo que ya ha provocado las protestas de un sector de los ganaderos que consideran innecesario este proceso. Esto se debe a que agentes de la Oficina Nacional de Caza y Fauna Salvaje (ONCFS) francesa han avistado a dos oseznos acompañando a la osa Sorita, que fue liberada en la zona del Bearn en el 2018 procedente de Eslovenia. A mediados de abril, los técnicos forestales galos confirmaron con sus prismáticos cómo la osa caminaba por la nieve con las dos crías. De confirmarse que son efectivamente suyas, este sería el primer nacimiento de osos en 15 años en este sector de los Pirineos en el que se encuentra la comarca de la Jacetania, según ha informado la Fundación Oso Pardo.

Además, en los mismos valles por los que suele merodear Sorita, en el municipio francés de Sazos, se han localizad rastros, concretamente huellas en la nieve, de otro oso entre los días 17 y 20 de abril. Podría tratarse del oso Rodri que suele realizar algunas incursiones esporádicas en aquella zona.

También estos días, las cámaras del programa Piros Life, el plan que tutela la Generalitat de Cataluña para la reintroducción y el afianzamiento de la población de osos pardos en la cordillera, han captado recientemente las primeras imágenes tras la hibernación. Se trata de dos ejemplares jóvenes, de entre dos y tres años, que juegan en la nieve en un bosque que no ha sido identificado, tras salir de la guarida donde han pasado los meses de frío.

Los técnicos del programa de reintroducción de la especie en el Pirineo estiman, a partir de la información registrada el pasado otoño (antes de que comenzara la hibernación), que este 2019 podrían haber nacido en la cordillera entre 10 y 15 nuevos ejemplares, una cifra que se podrá ir confirmando en las próximas semanas a medida que vaya abandonando la hibernación.

NUEVO CENSO

El año pasado, el censo elaborado por la organización Pays de l’Ours hablaba de la presencia de unos 40 ejemplares: cuatro machos afincados en el Pirineo occidental (en la zona de Navarra y el Bearn francés) y otros 36 en el área del Pirineo central (entre Lérida y el limítrofe departamento francés del Ariège). De estos últimos, según las mismas informaciones, 15 eran hembras; siete, machos; otros 13, ejemplares jóvenes aún no adultos, y los cinco restantes, oseznos nacidos, probablemente, en el 2018.

Coincidiendo con la salida de los osos de sus puntos de hibernación, el Conselh Generau d’Aran, el organismo de gobierno comarcal aranés, ha informado del que posiblemente sería el primer ataque de estos animales a ganado en el valle este 2019. Se trataría, según los responsables del distrito, de una actuación del polémico oso Goiat, que liberado en la zona en el 2016 y que habría matado en Bausèn a una oveja y a su cría, de apenas un mes, para alimentarse tras el periodo de invierno.

el riesgo de goiat / Desde el valle del Arán ya han reclamado en reiteradas ocasiones que Goiat, un oso al que considera extremadamente voraz y peligrosos, sea capturado y reenviado a Eslovenia, de donde es oriundo. Una petición a la que se ha sumado el Gobierno de Aragón, por la cercanía del animal con la comarca de la Ribagorza.

De hecho, desde la DGA se ha venido demostrando durante los últimos meses su malestar y preocupación por el programa de reintroducción del oso en el Pirineo occidental. El Ejecutivo autonómico ha dejado patente «su total oposición» a esta acción que la parte francesa ha llevado a cabo de «manera unilateral y sin contar con el apoyo o visto bueno de los territorios fronterizos» como pueden ser Aragón o España.

En todo caso, el departamento de Desarrollo Rural aseguró que comprende la inquietud de los ganaderos afectos por la presencia del plantígrado en la comunidad, pero recordó que se trata de una especie protegida de interés comunitario, que no se puede retirar del territorio y que tampoco es el responsable de su reintroducción.

Así, como los osos han llegado a Aragón por la política de suelta de animales por parte de Francia y Cataluña, la decisión tomada por parte de la DGA tras diferentes encuentros con las partes implicadas ha sido la de tratar de minimizar las afecciones que generan los animales.

Por ese motivo, con el objetivo de proteger la ganadería extensiva frente a la presencia del oso y el lobo, el Gobierno de Aragón publicó a finales de agosto una convocatoria de subvenciones por valor de 500.000 euros. La finalidad de la subvención era paliar los sobrecostes derivados de las situaciones de riesgo provocadas por la presencia de estas especies y la adopción de medidas de autoprotección como incentivos a la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas.