-¿El panorama sigue siendo favorable para que usted sea el presidente del Gobierno de Aragón?

-Me veo presidente en la medida de que he presentado una candidatura para ser presidente del Gobierno de Aragón. Nosotros no estamos planteando una trágala. Solo hemos puesto sobre la mesa un proyecto de coalición de centro derecha con aquellos partidos que tienen políticas muy parecidas, a pesar de que en algunos elementos podamos discrepar. Y me ofrezco a liderarlo en la medida de que podemos ponerle un punto y aparte a 25 años de bipartidismo entre el PP y el PSOE. Nosotros tenemos otro talante, con una propuesta intregradora y centrada basada en el diálogo y el entendimiento. La idea es buscar puntos de consenso basados en los ciudadanos para garantizar el futuro de Aragón. Queremos un Aragón moderno y europeísta.

-¿Mantiene que Luis María Beamonte es su principal opción para este pacto?

-Esto no se puede basar en una preferencia personal ni una preferencia basada en extraños juegos de tronos, de intereses de partido o cambios de cromos. El único punto de partida en esta negociación, según lo veo, es buscar el acuerdo que favorezca de la mejor manera posible al mayor número de aragoneses y a la comunidad en su conjunto. Y en este contexto es evidente que nunca llueve a gusto de todos. Por eso hace falta buscar acuerdo y consenso.

-¿Cómo valora el ofrecimiento de Arturo Aliaga de los últimos días?

-Estamos en una fase inicial, solo tenemos tentativas y predisposiciones. El PAR es un partido clave para Aragón que sabe que la política se basa en el arte de llegar a acuerdos. No creemos que su posibición sea un problema a la hora de plantear la suma que nos gustaría.

-Sin embargo, según lo visto hasta ahora, las condiciones que desde Ciudadanos se le han puesto al PSOE para entablar el diálogo parecen pensadas para que Javier Lambán las pueda aceptar...

-No se ha personalizado. Existen motivos más que justificados para que tengamos desconfianza con el PSOE de Pedro Sánchez. Está entregado a partidos populistas como Podemos o a formaciones que abogan por la ruputra de España, con miembros que han participado de forma más o menos activa con un intento de golpe de Estado. No son presos políticos, como en algún momento ha dicho Podemos. Son delincuentes. Y mientras Sánchez esté dispuesto a sentarse con ellos para alcanzar mayorías a nosotros nos hace ser extremadamente recelosos y desconfiados de otros dirigentes de ese mismo partido en otros territorios. Por eso les estamos reclamando un posicionamiento clarísimo.

-¿Y ve posible que Lambán acepte estos postulados?

-En los últimos días yo me he dedicado a hacer un barrido en las redes sociales, un trabajo de hemeroteca. Lo puede hacer cualquiera. Por eso he visto lo que el señor Lambán ha llegado a decir, cosas que comparto plenamente, no solo sobre Torra, o los independentistas o el separatismo, sino a la hora de cuestionar a Pedro Sánchez y sus políticas en relación a estos temas. Quizá era que estratégicamente le convenía decir unas cosas que no pensaba. Y si realmente las piensa, las puede seguir diciendo ahora. El discurso de Ciudadanos antes y después de la campaña está siendo exactamente el mismo. Lo único que quiero saber es si todo lo que ha dicho Lambán sobre Sánchez y los pactos con el populismo sigue estando vigente.

-Los últimos tanteos del PSOE no van en esa dirección...

-La incertidumbe con lo que pueda ocurrir en Navarra nos obliga a ser más exigentes con Lambán sobre cuál es su posición. En Cataluña, Baleares, Valencia o Euskadi el PSOE también está haciendo guiños a los independentistas. No es un capricho que nos estemos poniendo firmes con Lambán.

-Pero, en un hipotético Consejo de Gobierno, ¿con quién se sentiría usted más cómodo? ¿Con Lambán o con Beamonte?

-No es una cuestión de comodidad. Uno de los mantras de la campaña ha sido que no es el con quién, es el para qué. Yo me sentiré cómo con aquella formación con la que podamos llegar a acuerdos de estabilidad y de gobernabilidad. Ese es el objetivo. Yo no tengo una aspiración a un cargo concreto por una ambición personal. Ya lo dije durante la campaña. Quiero estar donde los aragoneses me digan. E interpretando los resultados creo que los aragoneses han dicho que mayoritariamente quieren un proyecto sereno, centrado y sensato. Con las ideas muy claras en política fiscal o a la hora de eliminar el impuesto de sucesiones, algo que también compartimos con el PAR. Ahora depende en cómo nos pongamos de acuerdo. Pero eso no impide a que yo pueda aspirar legítimamente a esa presidencia, pues somos el partido que más ha crecido.

-Una mayoría de derechas requiere los votos de Vox. No es un partido que se asocie con lo sereno, lo centrado o lo sensato…

-Nosotros vamos a proponer un pacto con el PP y con el PAR porque son los dos partidos con los que tenemos más elementos en común. Existen aspectos concretos que, por el propio programa de Vox, no conjugan con esto. Por este motivo lo relevante es preguntarle a Vox si está dispuesto a pactar con partidos como el PAR o con Ciudadanos. Ellos imagino que también se sienten incómodos. Por eso en un momento dado tendrán que hacer una oferta. La otra posibilidad pasa por un gobierno de izquierdas. Pero eso es algo que tendrán que elegir ellos. Yo inicialmente no integro Vox en un pacto de gobierno porque entiendo que los posicionamientos ideológicos de partida de esta formación son ajenos a lo que pueda plantear Ciudadanos. Sin embargo no podemos olvidar que sus tres diputados han sido democráticamente elegidos.

-La suma más sencilla es la de Ciudadanos con PSOE como ha dicho el propio Aliaga... ¿no van a trabajar más intensamente en ese sentido?

-El señor Lambán en todo momento ha nombrado al bloque de la izquierda como su opción preferente, aunque a mí no me gusta demasiado esta diferenciación. Que quiera mirar hacía Cs ahora que la izquierda no suma es un tanto extraño. Desde la tarde del domingo electoral no he recibido ni un solo guiño que nos haga sospechar que les interesa una opción como la nuestra. Nada. Lo único que puedo decir es que estaban dando saltos de alegría en el hotel, que parecía que se iban a caer las paredes, cuando en el recuento daba que sumaban los 34 diputados. ¿En qué momento el señor Lambán consideró que Ciudadanos podría ser un buen aliado? Pues cuando descubrió que no le daban los votos.

-¿Los aragoneses entenderán que todas las decisiones se tomen en Madrid?

-Esto es algo que afecta tanto el PP como al PSOE. Nosotros somos partidos de implantación nacional. La única diferencia es que Ciudadanos mantiene un discurso uniforme y único en toda España. La decisión basada en principios del programa se podría tomar en Madrid o en Albacete, porque el discurso es el mismo. Eso no significa que Aragón esté excluida de las negociaciones. Yo estoy en interlocución permanente y coordinada con Madrid. No existe ningún riesgo para Aragón en este sentido.

-¿Teme que en este tiempo la izquierda de ponga de acuerdo con el visto bueno del PAR?

-Democráticamente defiende la opción de plantear sumas. Pero no se puede frivolizar queriendo sumar al PAR en un pacto con IU... no creo que se sientan cómodos. Es una salida a la desesperada que realmente no hay por dónde cogerla.

-¿Será Sara Fernández la alcaldesa de Zaragoza?

-Me gustaría mucho que lo fuera. Pero también estamos en un proceso de negociación. Del mismo modo que yo legitimo mi posición, es evidente que Ciudadanos también ha crecido en la ciudad de Zaragoza. Está en un buen momento, no se puede descartar nada. Tampoco de poner líneas rojas.

-¿Daría usted un paso atrás favoreciendo al PP en la DGA para que Fernández fuera alcaldesa de Zaragoza?

-No soy persona de dar pasos atrás, ni para tomar impulso, por mucho que lo recomienden. Soy de dar pasos a un lado si con eso se favorece el interés de la mayoría. Lo he hecho muchas veces en mi carrera profesional y no se me han caído los anillos por eso. Pero insisto, no estamos en el momento de fomentar cambios de cromos. Es el momento de hablar sobre las cosas en las que estamos de acuerdo.