La tradición industrial de Brea de Aragón, que se remonta a siglos medievales en el sector de la piel, no solo prosigue en la actualidad bajo la forma de la fabricación de calzado. Además, han pervivido maneras de organización que han aguantado el paso del tiempo debido a su duradera validez.

Este es el caso de la Sociedad de Artesanos y Socorro Mutuo, fundada ahora hace 150 años, una cifra redonda que la localidad está celebrando con el entusiasmo que generan todas las efemérides de las fórmulas exitosas.

La entidad fue creada el 1 de mayo de 1864, ligada al gremio artesano del calzado. Y, en este aspecto, fue una de las primeras de Aragón y España, según la obra Siglo y medio de solidaridad, una memoria que traza la historia de la sociedad desde sus orígenes hasta la actualidad.

"La sociedad fue precursora de un sistema de ayuda mutua que funcionó hasta la creación y desarrollo de la Seguridad Social", señala Pilar Barcelona, secretaria de la entidad, que subraya que "hoy en día, su cometido es puramente simbólico".

Con todo, explica, el espíritu que animó a los antiguos artesanos todavía pervive en Brea. "Hace años, la sociedad echaba una mano a las familias cuando alguien caía enfermo o moría el que aseguraba el sustento, y, afortunadamente, ese afán de solidaridad aún se mantiene vivo en la actualidad", afirma.

La Sociedad de Artesanos y Socorros Mutuos cuenta en estos momentos con 300 asociados, 170 ya jubilados y el resto activos, pues Brea, pese a la crisis, sigue poseyendo una industria del calzado que es el auténtico motor de su economía.

Vista con la perspectiva de sus 150 años de historia, la entidad surgió por pura necesidad. "Brea era una localidad industrial alejada de los grandes centros de producción, mal comunicada y sin más recursos que la laboriosidad de sus habitantes", comenta Pilar Barcelona. "En esas circunstancias, que en cierta medida siguen vigentes, ¿quién iba a ayudarnos si no lo hacíamos nosotros mismos?", se pregunta.

HERENCIA CULTURAL La Sociedad de Artesanos ha legado a la localidad una enorme herencia cultural y social que se confunde con el devenir de Brea de Aragón. De hecho, en torno a la entidad aparecieron organizaciones que cubrían un amplio espectro de actividades, desde las recreativas (cine, baile) hasta las relacionadas con el consumo y la formación (biblioteca).

Algunas de estas funciones se han prolongado hasta hoy, con lo que la sociedad sigue desempeñando un papel de primer orden en la vida de la población. Por contra, su primitiva sede no se ha conservado tal cual, dado que se hundió en los años 80 del pasado siglo y fue preciso levantar un nuevo edificio, en el mismo emplazamiento, que hoy comparten diferentes asociaciones ciudadanas.