El omeprazol es el medicamento más consumido por los aragoneses. Así consta en los datos en posesión del Departamento de Sanidad sobre el mayor consumo de envases —todos ellos genéricos-— a través de receta oficial del Salud a lo largo del 2016 que exponen que este fármaco, destinado a procesos estomacales como gastritis, úlceras o reflujos, es el más recetado y el más adquirido por los aragoneses. «Cada vez hay más pacientes envejecidos y polimedicados, lo que provoca que requieran un protector como este, que se receta para muchos tratamientos», indicó Ramón Jordán, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.

Este denominado protector estomacal es el más famoso representante del grupo de medicamentos llamado inhibidores de la bomba de protones (IBP) y se ha convertido en uno de los medicamentos más solicitados en las farmacias. De hecho, numerosas voces sostienen que se está recetando de forma indiscriminada en las boticas, para usos demasiados prolongados en el tiempo y para procesos que no requieren un inhibidor de este tipo. «No existe variación alguna respecto a lo que se recetaba años atrás, indica Leandro Catalán, médico de familia de un centro de salud de Zaragoza. Con escasos efectos secundarios, el dolor de cabeza es el que puede aparecer con mayor frecuencia (7%), seguido por dolor abdominal, diarrea o náuseas.

El paracetamol es el siguiente fármaco con mayor número de envases vendidos. Este analgésico ha adelantado en los últimos años al ibuprofeno, castigado por ciertos rumores acerca de su carácter lesivo para la mucosa estomacal. El paracetamol, más inocuo y mejor tolerado, se receta para tratar el dolor.

El podio de los medicamentos más consumidos lo completa la simvastatina, indicado para abordar el colesterol alto y, por lo tanto, aminorar el riesgo cardiovascular. Su prima hermana, la atorvastatina, ocupa el quinto lugar entre los más consumidos.

Aspirina y ansiolíticos

La aspirina, cuyo principio activo es el ácido acetilsalicílico, sigue ocupando una de las primeras posiciones. Su popularidad se mantiene como uno de los recursos más utilizados, por ejemplo, para el dolor de cabeza. «Pero quizá se usa más con la intención de que la sangre sea más líquida para mejorar la circulación», indicó Catalán. El tramadol, un analgésico algo más fuerte que el paracetamol, también aparece entre los más consumidos. Se destinaría, por ejemplo, para tratar un dolor agudo, como una lumbalgia.

Lorazepam -—ansiolítico relajante similar al orfidal—, el metamizol magnésico —otro analgésico— y el bisoprolol, para regularizar el ritmo cardíaco, también se sitúan por delante del ibuprofeno, que ya está lejos de los primeros lugares que ocupó no hace mucho. «Se trata de un antiinflamatorio similar al voltaren, pero de uso recurrente. Su uso se ha aparcado un poco por sus posibles efectos secundarios», indicó Catalán, que considera que «antes, la gente abusaba de él con demasiada alegría. Se adquiría para cualquier cosa, cuando hay que hacerlo puntualmente. Creo que ahora se receta cuando hay que hacerlo», añadió.

Los farmacéuticos no detectan grandes cambios, pero sí subrayan que «cada vez hay más predisposición al medicamento genérico en España».