Zaragoza no tendrá paradas de bus antiacoso por la noche. Al menos por ahora porque la operación es más compleja de lo que se intuyó en un primer momento y porque las líneas búho, tal y como están diseñadas, tienen un gran número de paradas a lo largo de su recorrido (412) por lo que no serían tan necesarias, según explicaron desde Movilidad. Se trata de una medida que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) empezó a estudiar junto a la empresa que se encarga de la gestión del autobús urbano, Avanza Zaragoza, a principios del año pasado, cuando otras ciudades las pusieron en marcha, como Vigo.

Se pueden llamar de múltiples maneras, «a demanda», «intermedias» o «antiacoso» y su filosofía pasa por que las mujeres puedan solicitar bajarse de los autobuses fuera de las marquesinas habilitadas, en una zona que esté más cerca de su destino o que consideren más segura. En definitiva, el objetivo de esta iniciativa pasa por prevenir las agresiones sexuales.

Ciudades como Vigo, Tarrasa o Bilbao ya llevan meses con este sistema que, para empezar, requiere que se actualice el reglamente en el que se estipula dónde pueden subirse y bajarse los usuarios. Zaragoza tiene siete líneas nocturnas que empiezan su servicio a la 1 de la madrugada los viernes, sábados y vísperas de festivos. Recorren 149.413 kilómetros por cada ruta y tienen 412 paradas en total.

MARQUESINAS

La que más marquesinas tiene a lo largo de 42,4 kilómetros que recorre en cada ruta es la N7, que llega hasta Montañana y Peñaflor y suma 119; seguida de la N6, con final en La Cartuja, cuya ruta alcanza los 23,8 kilómetros y tiene 60 paradas. La N1 tiene 48 (16,1 km), la N2 39 (14,6 km), la N3 49 (16,1 km), la N4 50 (22,2 km) y la N5 aglutina 27 marquesinas (13,8 km).

En marzo del año pasado, el pleno municipal aprobó por unanimidad una moción de CHA que pedía que se mejorase la oferta del servicio nocturno de autobús y que incluía la posibilidad de que las mujeres pudiesen elegir por las noches dónde bajarse del bus.

En teoría, el equipo de Movilidad tenía un mes para estudiar si se podía poner en práctica (exigencia del PSOE), pero optaron por que el estudio formase parte del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS). Aunque incluye la medida, ha sido descartada.