El pedimiento es para los gitanos la petición de mano de los payos. Desde ayer, Tamara, de 15 años, y Miguel, de 20, ya son oficialmente novios tras alcanzar el beneplácito de sus respectivas familias y tras una fiesta que se prolongó a la madrugada en La Kher, la casa de los jóvenes gitanos de Zaragoza, con alrededor de 300 invitados.

En la cultura gitana, el pedimiento es una tradición ancestral. Hasta que se celebra, los jóvenes enamorados no pueden verse en público y lo hacen a escondidas, por respeto a sus familias. Samara y Miguel confiesan que se conocieron hace un año en una fiesta flamenca de San Juan en el Auditorio.

Sin embargo, sus respectiva familias sólo se enteraron de la relación a principios de mes y, tras llegar a un acuerdo, convocaron para ayer la fiesta del pedimiento , a la que asistieron allegados de toda España.

"Es la formalización del compromiso. La boda aún tendrá que esperar alrededor de un año, que es lo habitual", manifiesta Miguel.

Manda la tradición que la madre del novio regale a su futura nuera el vestido que ha de llevar en la fiesta y Samara, muy bella, lucía ayer uno largo de color azul turquesa que la hacía más adulta.

"La fiesta consiste en una merienda cena, que, por el calor, será de verduras, frutas, embutidos y pasteles. Se prolongará hasta que los invitados quieran. El acto central es el baile que realizan los novios, tras el que todos, familiares y amigos se dan por enterados del compromiso", explica José Hernández Jiménez, tío carnal de la novia y presidente de la Asociación Gitana de Zaragoza desde el pasado día 2, que ha actuado como jefe de familia, ya que la joven es huérfana.

Por el novio, que trabaja en la tienda de antigüedades de su padre, el máximo responsable de la familia es su abuelo, José Giménez Amador, que pidió el compromiso, aunque la protagonista de la ceremonia y de la fiesta ha sido Samara, de cuya decisión dependió en última instancia la aceptación del compromiso.

Por la noche, tras el baile de confirmación, jóvenes y mayores cantaron flamenco para la pareja. Desde hoy, MIguel y Samara, que acaba de terminar la ESO, ya no necesitarán verse a escondidas , Una vez más, la tradición se ha cumplido.