El Plan director del ciclo integral del agua de uso urbano de Navarra 2019-2030, cuyo periodo de alegaciones termina este 27 de febrero, ha provocado inquietud en la comarca de Tarazona-Moncayo, donde se han elevado voces de distintos ámbitos que advierten de que el documento aboga por un nuevo trasvase del río Queiles en beneficio de la Mancomunidad de Aguas del Moncayo (MAM), formada por varios municipios de la Ribera navarra.

De hecho, el Ayuntamiento de Tarazona y varios cultivadores a título individual están presentando alegaciones contra el plan por considerar que implica un aumento de la concesión de caudal de los 73 litros a los 108 litros por segundo y su transporte mediante una nueva tubería desde el término de Los Fayos.

La obra hidráulica ignora el embalse de El Val, afectado por un grave problema de contaminación, y apuesta por incrementar la capacidad de la balsa de la Dehesa, ambos en territorio de Aragón, según sus opositores.

El proyecto, de 170 páginas, establece, en el apartado dedicado a la mejora del abastecimiento de la Ribera, que «sería muy deseable ejecutar una conducción específica desde Los Fayos para aprovechar» la totalidad del volumen disponible en concesión, 3,1 hectómetros cúbicos al año.

Pero el propio informe destaca que se trata de «una infraestructura que se encuentra fuera de la Comunidad Foral, por lo que no puede ordenarse en el plan director». No obstante, este establece a renglón seguido que «podría plantearse mantener cuando menos el recurso actual de la Mancomunidad del Moncayo, 2,3 hectómetros cúbicos al año, como mecanismo de diversificación y como seguro ante eventualidades».

CONCESIÓN EXCESIVA

Ante esta situación, el Ayuntamiento de Tarazona ya ha anunciado que va a presentar alegaciones al plan director del agua de Navarra porque considera que no puede apoyar «ninguna iniciativa tendente a ampliar la actual concesión, de la que es titular la Mancomunidad de Aguas del Moncayo».

«La cuenca del Queiles es deficitaria y tiene una concesión excesiva para el número de habitantes que integra actualmente la Mancomunidad de Aguas del Moncayo», explicó un portavoz municipal que incidió en que «la calidad del agua no es la más idónea debido al necesario embalse intermedio».

Por este motivo, el consistorio turiasonense aboga por que, en el futuro, el abastecimiento de la población de las localidades de la Ribera navarra que se benefician de la concesión «se realizara con otros recursos hídricos, como el canal de Navarra, tal y cono valora el propio plan».

Pero el temor a que la vecina comunidad esté pensando en otro trasvase más caudaloso ha llegado también a los regantes individuales. Esteban Sanz Barrera, que fue presidente de los regantes de la zona, fue el primero en avisar del peligro que se cierne sobre las tierras aragonesas del Moncayo.

«Esta zona ya no puede ceder más agua, y menos a un territorio que dispone de suministros propios», explicó este cultivador. En su opinión, los derechos de Navarra sobre el Queiles, «que se remontan al año 1939, gracias a la intervención de un ministro franquista, deberían cesar».

Para Sanz, que ha presentado varias alegaciones, no cabe duda de que el privilegio de que goza la parte sur de Navarra constituye «un expolio a los pueblos aragoneses». Máxime, opina, si se tiene en cuenta que la comunidad foral se niega a utilizar el agua embalsada en El Val, debido a que está muy contaminada.

CAMBIO CLIMÁTICO

La toma, señala, se realiza aguas arriba del embalse, de forma que se consigue agua potable de calidad. El resultado es que la presa de esta infraestructura se ha convertido en una inversión ruinosa, según el regante.

Sanz se muestra preocupado por el futuro. «Vivimos un cambio climático y el Moncayo y su entorno son muy secos, sufren periodos de escasez de lluvias muy prolongados, de varios años seguidos», afirmó. El mismo plan director de Navarra, añadió, calcula que la progresiva sequedad ambiental reducirá en un 9% el caudal del Queiles.

El agricultor turiasonense considera que esta situación obliga a un uso racional de los recursos disponibles, tanto en lo que se refiere en el abastecimiento a las localidades de la comarca del Moncayo como en los regadíos. «Aquí la propiedad está muy bien repartida y la mejora de la irrigación de los campos traería beneficios a muchas familias de la zona», aseguró.