No es habitual que la inauguración de una sede empresarial cuente con la participación de un presidente regional, de cuatro consejeros autonómicos y de un alcalde. Y menos si la compañía en cuestión emplea a apenas 30 personas. Sin embargo, ayer Grifols lo consiguió. La multinacional catalana, que posee el 60% del capital de Araclon Biotech, logró reunir a la presidenta de Aragón, Luisa Fernando Rudi, a los consejeros de Economía, Industria y Sanidad de la DGA --Francisco Bono, Arturo Aliaga y Ricardo Oliván-- al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, al titular de Sanidad de La Rioja e incluso al embajador de Israel en España.

Una gran presencia institucional que evidencia la importancia del proyecto liderado por el doctor aragonés Manuel Sarasa y que vuelve a demostrar que la lucha contra el alzhéimer vende entre la clase política.

En este sentido, Belloch indicó que el consistorio está dispuesto a estudiar planes de apoyo a los familiares de los enfermos, mientras que Rudi reconoció que el alzhéimer es un "drama" no solo por la enfermedad en sí, sino también por la necesidad de apoyo social y del gran coste de recursos públicos de demanda. A este respecto, el presidente de Grifols, Víctor Grifols, destacó que EEUU contará en el 2050 con 25 millones de enfermos que necesitarán cada uno dos personas para su cuidado. "Esto no hay economía que lo aguante", dijo Grifols, que apuntó que esa es otra razón para "acabar con la enfermedad".