El PP en Zaragoza no se cansa de estrellarse con todo sus iniciativas relacionadas con el tranvía. Ayer protagonizó su enésimo fracaso con el apoyo de Ciudadanos (Cs) en su intento de embarcar al ayuntamiento en un nuevo plan de reducción de deuda a propósito de la decisión del Ministerio de Hacienda de obligar al consistorio a computar los 189 millones de euros de la línea 1 en la contabilidad. Esta decisión provocó la abstención del PSOE al presupuesto y que la ciudad siga en prórroga presupuestaria, pero ayer puso coto a la voracidad de la derecha con este asunto. La izquierda rechazó elaborar un nuevo plan porque sería como «capitular» ante el ministerio y porque iría acompañado de recortes.

El intento del PP suscitó constantes críticas por parte de la izquierda, que tildó de «electoralista y partidista» todo el contenido del pleno forzado por el PP al calor del veto de Hacienda. Los conservadores consiguieron el apoyo de Cs a todo, el no de PSOE y CHA a todo, y solo salió aprobada la iniciativa de elaborar una auditoría de la deuda municipal porque ZeC lo consintió, pese a asegurar que era «innecesaria» y siendo consciente de que, ya sean 863 millones como decía la conservadora María Navarro o 675 como defendía el Gobierno, responsabilidad suya solo son los 24,8 que pidió a los bancos el año pasado, con el beneplácito del PSOE y sin ninguna pega del ministerio.

Así que, en el fondo, el gran señalado en este asunto siempre sería el PSOE por sus 12 años de Gobierno en el pasado. Y este insistía en la opinión «ambigua y contradictoria» del PP sobre lo que dice el ministerio, «que parece que le alegra». El socialista Javier Trívez defendió además, al igual que el portavoz de CHA, Carmelo Asensio, y que Fernando Rivarés, responsable de las finanzas municipales, que ese plan que pedía el PP llegaría en «un momento inadecuado», a dos meses de las elecciones, y quedaría en herencia a la próxima corporación.

Sara Fernández, de Cs, reprochó la actitud «victimista» de ZeC y defendió que pese a ser una «injusticia» computar toda la deuda, Zaragoza no se puede excusar en las consecuencias de un plan de ajuste que siempre se ha visto como «papel mojado». Y Navarro, al igual que su portavoz, Jorge Azcón, lo achacó al intento de «ocultar las cifras» para meter «en el cajón» todo ese nivel de endeudamiento fraguado a base de «la deuda de la Expo, los impagos a proveedores y sentencias judiciales» durante 16 años.