El plan especial resguarda los 113,30 kilómetros cuadrados del galacho frente a las fuertes presiones urbanísticas que acechan una de las zonas de expansión de la ciudad. Tal y como consta en el proyecto, la desvalorización de las actividades agrícolas, la demanda del suelo, la transformación del paisaje con carreteras, puentes y viales o la necesidad de lugares de ocio y esparcimiento obligó a esta protección. Con un presupuesto de seis millones de euros, el plan busca recuperar el entorno y propone la creación de ecomuseos en Alfocea, Monzalbarba y Juslibol. Pero todavía quedan flecos, como que Defensa retire las vallas que impiden la unión entre Alfocea y Juslibol, o que la CHE delimite el dominio público hidráulico.