El Ayuntamiento de Zaragoza y el Real Zaragoza firmaron ayer un convenio de colaboración para acometer la reforma de La Romareda en el que, en resumen, el club de fútbol se compromete a costear «íntegramente» lo que cueste pero en un «pago diferido» a 75 años. Este será el tiempo por el que el consistorio le cederá el uso y la explotación de unas instalaciones que son 100% municipales. Si se mantiene su previsión de que cueste 70 millones de euros como prometió en campaña electoral, la entidad debería desembolsar unos 993.000 euros al año durante ese periodo, además de un canon anual por el uso del estadio que ya tenía y que lleva años sin abonar pero ahora, por fin, parece que satisfará.

El compromiso entre el alcalde Jorge Azcón, acompañado por su responsable de Urbanismo, Víctor Serrano -de Cs-, y el presidente de la entidad blanquilla, Christian Lapetra, se rubricó en el Arco de Banderas del ayuntamiento. Y, básicamente, lo que hace es eximir al club de un desembolso inicial para las obras en el que el consistorio ya ha anunciado que tampoco va a aportar dinero en efectivo. Este tendrá que llegar, por tanto, de las aportaciones de otras instituciones o empresas privadas. Pero estas ni las tiene atadas, ni sabe cuántas serán, ni cuánto estarán dispuestas a aportar ni cuándo las logrará. Y tampoco se han marcado un plazo para recabarlos y decidir si el futuro estadio costará 20, 35, los 70 prometidos o los 186 de San Mamés.

Firma

En la firma del convenio, el Gobierno PP-Cs reiteró sus alusiones a la principal ayuda pública que espera, la del Gobierno de Aragón. Menciones de Azcón a esa «colaboración, cooperación y trabajo conjunto» que ansía pero que sigue sin tener atados. La pregunta clave de esta operación sigue siendo la misma: ¿Cuándo se hará? ¿Cuánto costará? ¿Quiénes lo financiarán? Cuestiones a las que sigue sin responder el alcalde, que ahora ya tiene una respuesta: el Real Zaragoza habrá abonado el 100% de esa reforma transcurridos 75 años. Si comenzarán ahora los trabajos, sería en el 2095. Le queda por saber quién es capaz de poner el dinero antes de que acabe el mandato, que es cuando prometió acabar la reforma. Mientras, al club le saldría, si se logra el estadio de 70 millones, a 1,7 euros por minuto, 2.557 al día y 0,9 millones al año durante 75 para una entidad con una deuda de 80 millones de euros, 66 de ellos con terceros. Y una duda: Tiene 87 años de historia y ha vivido muchos vaivenes. ¿Y si un día desaparece en los próximos 75? Su promesa se convertirá en losa para el dueño del campo, el ayuntamiento.

Respecto al contenido del convenio suscrito, sí llega con algunas novedades. El consistorio se encargará, explicó Serrano, de la redacción del anteproyecto que evaluará el coste final de la obra, además de preparar toda la planificación urbanística en un suelo que, obligatoriamente, deberá ser de más metros cuadrados, los de las antiguas instalaciones de la Gerencia de Urbanismo y de El Cubo. Pero añadió que este no se elaborará hasta que no tengan constancia de cuántos socios, públicos y privados, se incorporan a esta necesaria inversión. Y no se marcan un plazo para decidirlo.

La otra gran novedad, y más importante, es que el Real Zaragoza por fin se compromete por escrito a abonar un canon anual por el uso de una instalación 100% municipal. Serrano admitió que no está pagando nada, aunque es algo por todos conocido, pero que lo empezará a hacer «con el inicio de las obras». Aunque el convenio no recoge cuánto abonará, lo que especifica es que será un pago distinto al que hará para amortizar, durante 75 años, ese pago diferido por las obras.

Azcón destacó que este convenio da «seguridad jurídica» a una cesión que seguía a precario desde 2013. Esta, a 75 años, es la que el club solicitó en el 2015, que primero aprobó Urbanismo en abril de ese año y que ZeC suspendió cuando estaba en el plazo de información pública. Pero para él, sobre todo, es un «primer paso a la nueva Romareda». Mientras, Lapetra se felicitó por el acuerdo e insistió en su predisposición a «construir y crecer» por el interés de todos, también de una entidad que ve como «una marca de la ciudad» que en lo deportivo debe ayudar a la remodelación.