Una bebé aragonesa fue operada de atresia duodenal con tan solo 20 horas de vida mediante una cirugía laparoscópica el pasado 8 de abril.

La intervención quirúrgica se realizó por primera vez en el Servicio de Cirugía Pediátrica del Hospital Infantil Miguel Servet de Zaragoza. «Se hizo por un abordaje laparoscópico. Todos los años hay algún caso y lo hacíamos a través de una laparotomía, una incisión abdominal bastante grande, en proporción al tamaño del niño. Y esta es la primera vez que lo realizamos con un abordaje mínimamente invasivo con laparoscopia», explica el cirujano Rafael Fernández.

La atresia duodenal es una malformación congénita relativamente infrecuente, en uno de cada 8.000 recién nacidos, en la que el duodeno termina en un fondo de saco sin continuidad con el resto del intestino y requiere corrección quirúrgica en las primeras horas o días de vida. De lo contrario, el bebé no puede alimentarse. «En Aragón, solemos tener uno o dos casos cada año, alguno no tenemos ninguno y otros incluso cuatro», apunta Fernández.

La paciente pesaba en ese momento 3 kilos y dada que la cavidad abdominal es bastante pequeña, hay ciertos factores que hacen que la intervención sea especial. Según el doctor, el primer reto es el material, «estamos utilizando pinzas de 3 milímetros de diámetro, muy finitas, y una óptima de 5 milímetros en el ombligo», concreta. El segundo reto es el anestésico, ya que el balance entre este equipo y el quirúrgico es fundamental, y «en estas edades aun más importante», remarca. En la comunidad, la operación solo se puede realizar en el Hospital Infantil. A nivel nacional, se dan pocos centros, «no más de 2 o 3 han intentado la intervención y la han terminado completamente», indica.

Esta malformación específica tiene un diagnóstico prenatal y se puede detectar habitualmente en el segundo trimestre del embarazo, con confirmación en las ecografías posteriores. Tras la cirugía, la paciente fue dada de alta tres semanas después de la intervención. «Las características de esta malformación también provocan que necesitemos iniciar la alimentación de una forma muy despacio, poco a poco», detalla.

Fernández subraya que hay muchos profesionales implicados en este logro. «Solo soy una pieza de un engranaje de una multitud de personas. La mayor satisfacción ha sido el hecho de conseguirlo como un equipo de diferentes ámbitos; logramos congeniar y hacerlo de una manera natural», explica.

Desde el Servicio Aragonés de Salud, destacan que «la apuesta por estas intervenciones de alta complejidad en pleno confinamiento demuestra que incluso en época de dificultades, los profesionales de Medicina y Enfermería son capaces de ofrecer la máxima calidad hacia los pacientes en la actividad asistencial».

«Siempre hemos tenido y tendremos urgencias y cosas que no pueden esperar y nuestro objetivo es hacer lo que podemos de la mejor manera. El covid no va a desaparecer, estamos en un período de adaptación y tomamos todas las precauciones para hacerlo de la mejor manera. Tenemos que continuar trabajando, nuestro enfoque tiene que ser tratar a nuestros "pacientitos" especiales de la mejor manera posible bajo las circunstancias que tengamos», concluye Fernández.