En el escrito que remitirán los tres alcaldes se hace un repaso de las últimas dos décadas que llevan luchando por el retorno de los bienes artísticos. Empezando por el desmembramiento del Obispado de Lérida en 1995 por el que sus localidades pasaron a depender del Obispado de Barbastro-Monzón sin que la diócesis catalana les entregara su arte sacro.

También le relatan sus escritos en el 2011 a la Congregación de Obispos, a la Rota Romana y al Promotor de Justica denunciando la actitud de los obispos que han estado al frente de la diócesis ilerdense, en especial la de monseñor Joan Piris, "el peor de todos ellos", destacan.

Y sobre todo denuncian la trama urdida en su día por el obispo Ramón Malla que, alertado por los altos cardenales de Roma de que tendría el litigio perdido si intentaba demostrar que los bienes obraban en poder del Obispado de Lérida porque habían sido adquiridos de las parroquias oscenes, pactó con la Generalitat de Cataluña una catalogación que es "falsa" y que se produjo en 1999.