Albert Rivera se erigió ayer en adalid de los pactos de Estado, aprovechando su presencia en Aragón, «la tierra del Compromiso de Caspe». El líder de Ciudadanos afirmó en un mitin en Zaragoza que, si es presidente del Gobierno de España, impulsará pactos de Estado contra la despoblación, por la educación o por la justicia, «que el PSOE y el PP no han hecho en 40 años».

En su segunda visita en apenas tres semanas a la capital aragonesa, Rivera, junto a la cabeza de lista al Congreso por Barcelona, Inés Arrimadas, y el candidato a presidir el Gobierno de Aragón, Daniel Pérez Calvo, atrajo a unas 800 personas al Jardín de Invierno del Parque Grande José Antonio Labordeta, según fuentes de la organización.

En un acto que abrió el candidato de Aragón y cuajado de referencias a la comunidad, no intervinieron sin embargo ni los candidatos al Congreso o al Senado por las provincias aragonesas ni la del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández.

Si lo hicieron dos integrantes de las listas por Madrid: la abogada osense y activista por la igualdad Sara Giménez y Edmundo Bal, el abogado del Estado recientemente purgado tras pretender acusar por rebelión, no por sedición, en el juicio del procès. De hecho, este invirtió buena parte de su discurso en explicar su anclaje con la comunidad, al haberse formado y ejercido en Huesca y Zaragoza, y terminó apelando al espíritu de la Recopa de 1995 para pedir el voto.

El formato del encuentro discurrió de forma que los teloneros fueron calentando al público, un tanto frío, con mensajes emocionales y un catálogo de los problemas que asolan al país, dejando en manos del cabeza de cartel proponer las soluciones.

Entre ellas, Rivera aludió a los citados pactos de Estado, pero también rescató otras ideas como «la tarjeta sanitaria única» para España o la bonificación de hasta el 60% del IRPF para los que residan en municipios de menos de 5.000 habitantes para frenar la despoblación. Una medida, sostuvo, que costaría «la mitad de los 5.000 millones de euros que han metido PSOE y PP en las diputaciones provinciales». También dijo que revertirá, a nivel nacional, la derogación de la custodia compartida preferente en Aragón.

Rivera se mostró expectante por tener al frente del Gobierno de Aragón a un presidente que lo gestione «como una empresa», como el hasta ahora delegado de Atresmedia Daniel Pérez Calvo.

CORTAFUEGOS

Este ejerció de anfitrión, abriendo el encuentro con profusión de banderas de España y Europa. Afirmó, dirigiéndose a Arrimadas, que en Aragón tendrá «un cortafuegos contra el independentismo». Confió en que tras este «infierno» de legislatura llegue «la primavera» del Gobierno de Ciudadanos, y que el destino de «la España constitucional no se decida en Waterloo o en Lledoners», por la sumisión que el partido atribuye a Pedro Sánchez respecto a los separatistas.

Más clara todavía a este respecto fue Inés Arrimadas, quien acusó a Sánchez de «arrodillarse» ante «los que violan nuestros derechos».

Además de describir una Cataluña preapocalíptica, con «miedo físico» a agresiones entre la disidencia del independentismo, animó a «superar» el debate político actual. «¿La corrupción es de derechas o de izquierdas? ¿Y los chiringuitos llenos de enchufados? El problema es un bipartidismo caduco», analizó, elogiando además el mensaje único de su partido en toda España.

Sara Giménez, tras un emotivo recuerdo a su etapa como estudiante de Derecho en Zaragoza y a cómo vendía con su familia en el rastro de La Romareda, afirmó que, con su experiencia en el Consejo de Europa y en la vida como gitana, tiene «una visión global» que le hace concluir que «el mejor proyecto es Ciudadanos, que anima a la cohesión y a la igualdad».