El Vaticano dio a conocer ayer que Ángel Javier Pérez Pueyo, de 58 años y nacido en Ejea, ha sido nombrado obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón en sustitución de Alfonso Milián, que deja el cargo por razones de edad. "Le conocemos hace años y es un hombre muy valioso", subrayó ayer Milián, que convocó a los miembros de la curia diocesana, del cabildo de la catedral y del consejo del presbiterio para comunicarles que la Nunciatura Apostólica había comunicado el nombramiento.

La elección de Pérez Pueyo por el Papa Francisco, que ya fue adelantada por EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, se produce muy pocos días después del relevo al frente del Arzobispado de Zaragoza, donde Manuel Ureña tuvo que dejar forzozamente su puesto en medio de un escándalo por el pago de más de 100.000 euros para ocultar un supuesto caso de abusos sexuales en la parroquia de Épila.

Hasta la toma de posesión, Alfonso Milián continuará al frente de la diócesis de Barbastro-Monzón en calidad de administrador apostólico, y pasará luego a ser obispo emérito de esta diócesis, que ha dirigido desde el 19 de diciembre del 2004. Milián había presentado la renuncia el 5 de enero del 2014, al cumplir 75 años, en cumplimiento de la normativa canónica.

Ángel Javier Pérez Pueyo, el nuevo obispo, pertenece a la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, de la que ha sido director general, y actualmente ejercía el cargo de rector del Pontificio Colegio Español de San José de Roma. Fue ordenado sacerdote en Plasencia (Cáceres) en 1980 y es licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Civil de Salamanca.

EL RETO

Pérez Pueyo tomará posesión de una diócesis que desde hace más de dos décadas trata de recuperar los conocidos como bienes de la Franja, un listado de 112 piezas de arte sacro que se hallan en el Museo de Lérida y que Aragón reclama como parte de su patrimonio. Se trata de un pleito, por vía eclesiástica y civil, en el que la comunidad aragonesa ha logrado el reconocimiento del derecho que le asiste. Un triunfo que, hasta la fecha, ha servido de poco, ante la cerrazón del poder religioso y político de Cataluña.

Sin duda, el nuevo obispo necesitará hacer acopio de toda su experiencia diplomática en este largo conflicto. Experiencia no le falta. Si entre el 2008 y el 2013 fue secretario técnico de la Subcomisión Episcopal de la Comisión Episcopal Española, con anterioridad colaboró con los cursos para formadores de seminarios en Buenos Aires, Caracas y Lima, en los organizados durante varios años en Santander y en los cursos para formadores de seminarios de lengua española y portuguesa.