Lo suyo es una tradición que cumple ya 40 años. Fue en 1978 cuando la Casa de Andalucía de Zaragoza y la parroquia de Nuestra Señora del Rocío empezaron a poner en marcha este curioso recorrido que cruza media ciudad del Ebro. Desde el Actur hasta la Bombarda, en una llamativa comitiva a la que ayer se sumaron más de 500 personas. Ataviados con sus trajes regionales y hasta con sus caballos, todos quisieron participar en una edición muy especial del Rocío en Zaragoza. Una fiesta que encabezaron los responsables del hogar regional y que comenzó, de hecho, con un homenaje a un andaluz ilustre --Blas Infante-- frente al busto que lleva su nombre.

Después, estos rocieros del Ebro siguieron por el puente de la Almozara, la plaza de Europa y la Avenida de Madrid, hasta llegar a la explanada Manuel de Falla y la parroquia del Rocío. Buen lugar para las salves y para compartir buenos sabores en una mañana de hermanamiento.