Ceno ligero en Casa Damasco con el escritor, periodista y criminólogo Francisco Pérez Abellán. Le he acompañado en la presentación zaragozana de su último libro, Matar a Prim (Planeta) y reponemos fuerzas en esta clásica taberna que diera nombre a los damascos. ¿Recuerdan? Me refiero a aquel grupo de jóvenes socialistas que, además del jamón con chorreras, especialidad de Casa Damasco, se querían comer el mundo. De aquel inquieto grupo solo queda en activo, creo, Carlos Pérez Anadón (últimamente, muy activo).

Una de las especialidades de Casa Damasco sigue siendo el jamón con chorreras. Mientras lo probamos, algunos clientes reconocen a Pérez Abellán y se acercan a saludarle y a preguntarle por el crimen de León. El criminólogo, que es hombre sumamente afable, conversa con unos y con otros. Sostiene que el homicidio de Isabel Carrasco no tiene parangón en la historia criminal del país, y que detrás de su ejecución hay más cosas...

Sostiene Pérez Abellán que, tal como sucediera en 1870 con el magnicidio de Juan Prim, en España se tapan y olvidan demasiados detalles cruciales en demasiadas investigaciones criminales de primer nivel. Sostiene Pérez Abellán (iba a escribir Sostiene Pereira) que, a pesar de los avances tecnológicos, las investigaciones policiales y judiciales son cada vez más flojas, dejándose por investigar, o superficialmente investigados, demasiados aspectos y efectos colaterales.

Que unos y otros, jueces y policías, se entretienen demasiado con las chorreras, en lugar de atacar el jamón.

En ese sentido, la investigación de Pérez Abellán sobre el magnicidio del general Prim puede considerarse paradigmática. Su trabajo retrocriminológico, con las nuevas pruebas forenses a la momia de Prim, demuestran que el militar no murió a consecuencias de las heridas recibidas en la celada de la calle del Turco, sino asfixiado por un lazo. Rematado a mano, en su propia casa. ¿Por quién? ¿Por el omnipotente y celoso general Serrano, según apunta con contundentes pruebas Pérez Abellán? ¿Cón el conocimiento y consentimiento de Práxedes Mateo Sagasta, ministro de Gobernación, que se bajó de la berlina presidencial minutos antes del asalto de los trabucaires?

Hay cosas que no cambiarán en España, ni por Prim ni por Carrasco. Demasiadas chorreras, o chorradas, y poco jamón...